Nuria es muy despreocupada. La madrileña, favorita en los 3.000 metros en estos Europeos, nunca está pendiente de sus rivales. No utiliza Internet... ¡Ni siquiera tiene ordenador en casa! Viéndola entrenarse en el CAR de Madrid, antes de viajar a Turín, se la ve muy cambiada. Sus piernas son más finas que en años anteriores. Y su zancada es más fluida, circular, menos trabajosa que en el pasado.

Ha perdido peso este año.

Sí. Peso 54 kilos, tres menos de lo habitual. Desde que he sido madre como mucho menos. Estoy más centrada. Antes, en la Residencia Blume, estaba siempre en la habitación, nerviosa, comiendo.

La decisión de ser madre, ¿estuvo influida porun cierto hastío de tanto entrenamiento?

Sí. Llevaba ya una época desilusionada. Venía a la pista amargada. La maternidad fue un paréntesis que yo necesitaba en mi vida. Un paréntesis en mi carrera deportiva.

Su hija Candela, ¿le ha descargado de presión?

Sí. Porque ella es ahora la prioridad. No me obsesiono con rivales ni con nada. Me ha sumado más que restado.

¿Cómo afronta estos Europeos de Turín?

Con mucha ilusión. No tengo presión, pero sé que estoy en el mejor momento de forma de mi vida y vengo a luchar contra las rusas.

Es la mejor este año en 1.500, pero en cambio ha renunciado a esta distancia.

Mi plan ha sido siempre el 3.000 para este invierno. Estoy confiada y me conviene una carrera tranquila, cruzar en 6:00 el 2.000 y que se avive en el último kilómetro.

¿Tuvo un gran bajón al no clasificarse para Pekín?

Sí. Estuve destrozada, quería dejarlo y me costó recuperarme. Tuve mala suerte.

En enero estuvo entrenándose en altitud, en Ifrane, en las pistas de El Guerrouj...

Sí, estuve dos semanas y media, a 1.600 metros de altitud. Hubo dos nevadas muy grandes y nos volvimos, pero estuve a gusto. Aquí en Madrid te agobia la gente, ¡siempre tomándote los tiempos!

¿Cuál ha sido su secreto para explotar con 32 años?

Los altos kilometrajes. Antes hacía 90 kilómetros a la semana. Este invierno he llegado a 150. Y me he estabilizado mucho de cabeza.