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Nuevo tropiezo azulgrana en la misma piedra, un año después

EFE

El Vicente Calderón volvió a ser un campo maldito para el Barcelona, que sufrió en el Manzanares su primera derrota de la temporada en Liga (2-1), en el mismo estadio en el que perdió su último partido decisivo en Liga, hace poco más de un año.

El Barça, que ya suma tres derrotas consecutivas en sus visitas al Calderón, perdió su condición de invicto frente al Atlético de Madrid. Volvió a perder un partido en Liga, algo que no ocurría desde la penúltima jornada de la última edición de la Liga, frente a Osasuna (0-1).

Ocurre, sin embargo, que aquel partido ya no tenía trascendencia alguna para el campeonato porque el Barcelona ya había cantado el alirón antes de jugar en Mallorca, donde también perdió (2-1).

La última derrota del Barcelona, en un partido de Liga con puntos decisivos en juego, corresponde al 1 de marzo de 2009, también frente al Atlético, también en el Calderón (4-3). A partir de aquel partido, el Barça encadenó un empate y ocho victorias hasta el 2-6 del Santiago Bernabéu que prácticamente le dio el título.

Tras su derrota frente al Atlético de Quique Sánchez Flores, el Barcelona ve truncada la mejor racha de su historia en Liga, 21 partidos consecutivos sin perder que le han permitido encabezar la clasificación, con 55 puntos.

Al equipo de Guardiola, lastrado por las bajas, le fallaron en el Calderón sus señas de identidad. No hizo circular la pelota con la fluidez acostumbrada, perdió su intensidad defensiva y no acertó con la portería contraria: Ibrahimovic se reconcilió con el gol después de dos meses de sequía, pero ni Pedro ni Messi tuvieron su mejor día.

Tampoco Andrés Iniesta, que no perdía un partido de Liga desde el 30 de agosto de 2008, en la primera jornada de la pasada edición de la Liga, ante el Numancia. Para Puyol, la derrota en el Manzanares también supuso el fin de una racha, de 41 partidos oficiales consecutivos como capitán sin conocer la derrota.

Para el Barcelona, la derrota en el Calderón fue la tercera de la temporada, después de caer en Champions ante el Rubin Kazan y en Copa ante el Sevilla, en ambos casos por 2-1, y también con gol de Ibrahimovic.

Al equipo catalán aún le queda el consuelo de que, bajo el mando de Pep Guardiola, aún no ha perdido ningún partido por más de un gol de diferencia.

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