La operadora de cable ONO dijo el martes que ha notado el impacto de la ralentización económica en su negocio en el tercer trimestre al ralentizarse los ingresos y reducirse su base de abonados.

"Durante el tercer trimestre hemos visto un mayor impacto de la crisis en nuestro sector, en general, y en ONO, en particular", dijo Richard Alden, consejero delegado de ONO, en una nota de prensa.

Los ingresos bajaron entre julio y septiembre un 2,9 por ciento intertrimestral a 396 millones de euros, debido en parte también al cierre de negocios no rentables como las llamadas vía acceso indirecto, mientras que el número de clientes residenciales se redujo en 19.000 abonados y el EBITDA se estancó virtualmente en 180 millones de euros.

La compañía anunció en octubre un ajuste de plantilla en respuesta a la crisis, que afectará a un máximo de 1.300 trabajadores, es decir un 30 por ciento del total.

En términos acumulados, el resultado bruto de explotación (EBITDA) ascendió a 522 millones de euros, un incremento del 8,8 por ciento sobre los nueve primeros meses de 2007, al tiempo que la base de clientes residenciales se elevó en un 2,2 por ciento a 1,87 millones.

Los ingresos a septiembre bajaron un 0,9 por ciento a 1.205 millones de euros.

Las inversiones cayeron un 27,8 por ciento a 277 millones de euros gracias a los avances en el despliegue de su red de fibra óptica y a la caída de la construcción de nuevas viviendas.

Ono ofrece servicios integrados de telefonía, banda ancha y televisión de pago. Uno de cada tres abonados opta por su oferta de "triple play".

El grupo tiene previsto alcanzar este año un EBITDA de entre 650 y 680 millones de euros.

ONO es propiedad de un grupo de inversores que incluye al Banco Santander y varios fondos de capital riesgo extranjeros.