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El PP se olvida de los esclavos republicanos de Franco

DANILO ALBÍN

Las olas rompen con fuerza en la vizcaína playa de Zierbena. Justo al lado del mar, un monte coronado por una antigua fortificación resguarda del viento a los pocos valientes que caminan por la costa. Siete décadas atrás, desde allí arriba se protegía la libertad: durante la Guerra Civil, la batería de Punta Lucero, situada en el monte de idéntico nombre, fue empleada por los republicanos para tratar de frenar el avance de los franquistas. Luego hubo esclavos, también republicanos, que fueron obligados a reconstruir el lugar por orden directa de Franco. Hoy sólo quedan algunos cañones y los restos de una fortaleza completamente abandonada.

En los próximos días, la Diputación Foral de Bizkaia analizará una moción presentada por el PP en relación al futuro, pero también al pasado, de este bastión de la resistencia antifranquista en Euskadi. La proposición lleva la firma del juntero Arturo Aldecoa, quien ha reclamado el 'estudio de la situación de las construcciones militares y batería' existentes en ese monte 'a fin de promover en el futuro su puesta en valor cultural y turística'.

Tal como consigna el PP, esta fortificación 'se convirtió en un punto estratégico para la defensa del Abra y la costa oeste de Bizkaia'. Desde la cima de este monte, un puñado de hombres leales a la República hizo retroceder al crucero Canarias, una de las embarcaciones de los sublevados. Cuando las tropas franquistas tomaron el control de la zona, los milicianos y gudaris (combatientes nacionalistas) destruyeron las instalaciones. 'Algunas personas de nuestro pueblo aún recuerdan aquel día. Daba mucha angustia ver caer los cascotes que se desprendían del monte', afirma a Público Marga Martínez, representante de la asociación cultural Punta Lucero.

Sin embargo, aquellas explosiones distaron mucho de convertirse en un punto final: durante la segunda guerra mundial, Franco ordenó que los prisioneros republicanos fuesen empleados como mano de obra esclava para reconstruir el lugar. El dictador temía un desembarco de las tropas aliadas en la costa vasca, por lo que decidió que allí debía levantarse una nueva batería bélica. 'En los batallones de trabajo había presos de Bizkaia y de otras provincias. Todos ellos estaban en pésimas condiciones, hasta el punto de trasmitir a los vecinos los sufrimientos que padecían', subraya la portavoz de la asociación.

Durante la segunda guerra mundial, Franco ordenó que los prisioneros republicanos fuesen empleados como mano de obra esclavaNo en vano, hubo muchos pobladores que, a pesar del miedo y las amenazas, se animaron a ayudar a los esclavos, lo que despertó unas relaciones de amistad y complicidad que sobrevivieron al paso de los años. 'Mientras los presos trabajaban en la fortificación, hubo gente de Zierbena que les daba comida y les lavaba la ropa para tratar de evitar las plagas de piojos y liendres -relata Martínez-. Esa unión entre los presos y algunos vecinos se ha mantenido en muchas familias hasta el día de hoy'.

Hasta finales de la década de los setenta, la fortificación de Punta Lucero sirvió como emplazamiento para que muchos jóvenes realizaran el servicio militar obligatorio. A partir de entonces, sus instalaciones cayeron en el olvido institucional. Otro tanto ocurrió con los prisioneros que habían trabajado en su reconstrucción: hasta el momento, ninguno de ellos ha recibido ni el más mínimo reconocimiento por parte de las autoridades locales. Ni siquiera hay una placa que los recuerde.

En la moción presentada en la Diputación Foral de Bizkaia, el PP no hace ninguna referencia a los trabajos realizados en ese monte por los esclavos de la dictadura, a la que denomina en su escrito como 'gobierno franquista'. En todo caso, los populares apuestan por reivindicar 'la grandeza de este complejo militar', destacando el valor de sus viejas armas. 'En su interior -destaca el mencionado documento- todavía residen cuatro cañones Krupp alemanes de 150 mm., de un alcance aproximado de 16km. Se pueden visitar los cuatro fosos mediante tres accesos diferentes, dos verticales y uno horizontal'. A criterio del PP, 'este antiguo complejo militar es de alto interés histórico y tiene un notable potencial turístico, por lo que conviene estudiar su situación y las mejores estrategias para su futura puesta en valor'.

A espera de conocer la fecha en que la diputación vizcaína tratará esta moción, desde la asociación cultural Punta Lucero no dejan de reclamar que se protejan los restos de estas viejas instalaciones militares, sin olvidar que allí hubo esclavos del franquismo. 'Resulta tremendamente doloroso ver cómo una parte tan importante del Patrimonio Histórico de Zierbena y de Bizkaia se va cayendo a trozos, así como el poco interés de las diferentes instituciones por evitarlo', resume su portavoz.

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