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Quintás aboga por medidas profundas que acorten el sufrimiento que se espera

EFE

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, consideró hoy que en España se produce una "catarsis" que ha hecho que ahora todo el mundo se dé cuenta de que son necesarias acciones "más profundas" si se quiere acortar el tiempo de sufrimiento "que nos espera".

A pesar de que se han tomado ya "medidas paliativas muy importantes", reconoció en declaraciones a los periodistas tras la presentación del Observatorio de Gobierno Corporativo, Quintás valoró que "por fin" se entienda que hay que actuar.

En este sentido, recordó que lleva años hablando de la necesidad de cambiar el modelo productivo de España y se ha encontrado en repetidas ocasiones con la "situación incómoda" de estar proponiendo medidas más severas "cuando otros hablan (hablaban) de una gripe infantil".

En el verano de 2008, el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, consideró que la crisis económica en España tendría síntomas parecidos a la fiebre de un niño, que llegaría repentinamente con fuerza pero pronto desaparecería.

Ahora, añadió Quintás, le pasa algo similar, porque "la gente está dando (a la economía española) tratamiento de enfermo terminal", y tiene la "seguridad" de que en el futuro "estaremos en plena expansión".

Aunque con ello, matizó, no podemos caer en el error que provocó la crisis: "la idea de que siempre íbamos a vivir en expansión".

"Como ciudadano normal -no como presidente de la CECA- empiezo a tener la convicción de que quienes tienen que tomar las decisiones comprenden la naturaleza de la situación en la que estamos".

Eso sí, advirtió de que hay que tener "coraje" para hacerlo.

Durante su intervención en la presentación del Observatorio de Gobierno Corporativo, el presidente de la CECA apuntó que sería conveniente que en los códigos de buen gobierno para entidades financieras se cuidaran los temas relacionados con el riesgo que se asume, así como vio "conveniente" que se piense en aumentar las exigencias sobre algunas recomendaciones.

La lejanía temporal con la que se mira el inicio de la crisis, parece haber ido adormeciendo el "ímpetu de los reguladores y supervisores para proponer reformas radicales", mientras que en países como Estados Unidos, donde la sociedad "odia a los grandes bancos", su presidente ha optado por "atacar" a estas entidades y lo ha hecho "de la forma más populista".

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