'Equlibrada'. Fue el único calificativo que empleó Mariano Rajoy para definir en la rueda de prensa que ofreció este viernes su reforma de la Ley del Aborto, cuyo objetivo es sustituir la vigente regulación de plazos por otra de supuestos y más restringida que la de 1985.

Más allá de eso, el presidente del Gobierno eludió cualquier otra precisión. Así, evitó decir si permitirá la libertad de voto en esta materia a los diputados del PP. Sí admitió, al hablar de la voces críticas que han surgido en su propia formación, que el del aborto es 'un asunto que produce situaciones diferentes en mi partido y en otras formaciones políticas'.

No respondió a una pregunta sobre el apoyo a la reforma del aborto española que ha manifestado el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen, ni sobre el calificativo de 'retroceso' con el que tildó a su proyecto el Gobierno galo. 'Me quedó con la rectificación', dijo sobre esto último.

Lo más que señaló es que el Gobierno ha tomado una decisión al respecto y que ahora la Ley está bajo la órbita del Parlamento. Rajoy pareció no querer pisar ningún callo en esta delicada materia, y ni siquiera pronunció la palabra 'aborto'.

Expuso que la reforma es 'equlibrada' y está en la línea de la regulación de 1985, que fue modificada en 2010 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero --dijo Rajoy-- 'sin anunciarse en ningún programa electoral de nadie'. Recordó además que el PP, cuando llegó al Gobierno en 1996, no cambió la Ley del Aborto en vigor, aprobada en la etapa del Ejecutivo socialista de Felipe González.