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Rajoy pone 22.000 kilómetros de distancia con la crisis del PP

El presidente del Gobierno evita con su agenda internacional los cambios inmediatos que le están pidiendo en

ANA PARDO DE VERA

El presidente del Gobierno ha decidido ignorar los cambios que le está pidiendo un sector cada vez más amplio del PP para abordar con fuerza y sin sombras el curso político y la esperada remontada económica del país. Mariano Rajoy tiene una intensa agenda internacional para septiembre que le servirá, como mínimo, para alejarse de la primera línea política mientras las informaciones sobre el caso Bárcenas y/o la presunta financiación ilegal del PP siguen saliendo, ahora, en forma de declaraciones judiciales o SMS. No hay más previsión en el PP que la celebración desde hoy hasta el sábado de la Escuela de Verano en Gandía (Valencia), con la asistencia de la vicepresidenta, varios ministros y la dirección nacional del partido. Hasta la Convención Nacional, que ha de celebrarse en octubre como muy tarde según los Estatutos del PP -hace un año de la anterior-, carece de fecha y confirmación para este otoño por parte de los conservadores.

A los viajes previstos desde hace meses a San Petersburgo (vuela desde Madrid, 3.000 km.) y Buenos Aires (vuela desde San Petersburgo, 13.000 km.), el presidente sumó recientemente su disposición a asistir a la Asamblea General de la ONU, que se celebra en Nueva York (acude desde Madrid, 6.000 km.) los días 25 y 26 de este mes.

Rajoy acude desde hoy en San Petersburgo a la cumbre del G-20 para hablar de economía en general y de la crisis mundial, en particular. Es inevitable que el tema de la intervención militar en Siria se aborde -o, al menos, se mencione- en este foro, aunque no se espera que de aquí salgan grandes soluciones ni cierre de posiciones, más allá del despliegue de diplomacia silenciosa con la que el presidente Barack Obama tratará de sumar apoyos a su acción bélica.

Después de la estancia en Rusia, de apenas 48 horas, el jefe del Ejecutivo acude a Buenos Aires, para apoyar la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2020. Será una brevísima estancia, pero el presidente no podía ausentarse de una cita que puede traer las olimpiadas a España casi tres décadas después del Barcelona'92. Tras haberse cancelado un viaje a Pekín a mediados de mes por problemas de agenda de su homólogo chino, Xi Jinping, el presidente cruzará de nuevo el Atlántico para acudir a la Asamblea anual de Naciones Unidas a finales de septiembre. Allí, Rajoy tiene previsto un encuentro con Obama, aunque no pasará de un breve intercambio de saludos. Ésta será la cuarta ocasión en que el jefe del Ejecutivo se ve con el presidente de EEUU, aunque está pendiente la visita a la Casa Blanca a la que Obama invitó a Rajoy el año pasado, durante la Cumbre de Seguridad Nuclear en Seúl y que se va posponiendo sin fecha definitiva.

Octubre y noviembre también serán meses de mucho avión para el presidente del Gobierno, que además de asistir al Consejo Europeo en Bruselas a finales del mes que viene, tiene previsto viajar a Kazajistán y Tokio este otoño y celebrar cumbres bilaterales con Francia, Polonia o Italia. La mayoría de los encuentros y viajes previstos por Rajoy tienen carácter económico.

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