Los accionistas de La Seda de Barcelona aprobaron el jueves en junta extraordinaria una compleja recapitalización considerada crucial para el reflotamiento de la química catalana, que todavía tiene que rubricar un acuerdo con la banca acreedora para refinanciar su abultada deuda.

"Los accionistas de La Seda aprobaron la ampliación de capital (de 300 millones de euros) y el resto de propuestas", dijo una portavoz de la compañía que asistió a la junta.

Tras la autorización obtenida hoy, La Seda podrá recapitalizar la compañía a través de una compleja operación de reducción-ampliación de capital que contempla que los bancos conviertan parte de la deuda en nuevas acciones, así como la incorporación como accionista de referencia de la portuguesa BA Vidro, que se ha comprometido a aportar un máximo de 100 millones de euros.

OPERACIÓN ACORDEÓN

En primer lugar, La Seda reducirá su capital a 160 millones de euros con el fin de compensar las pérdidas acumuladas en los últimos ejercicios y los nueve primeros meses de 2009.

Esta primera operación extinguirá las reservas de la compañía, por lo que propondrá reducir otra vez capital, esta vez en 98 millones a 62,7 millones de euros, para dotarse de las reservas legalmente exigibles y, simultáneamente, ampliar capital en 300 millones de euros poniendo en circulación 3.000 millones de acciones con valor nominal de 0,10 euros.

Si la ampliación no se suscribe con aportaciones dinerarias, los bancos acreedores del grupo podrán convertir deuda en capital por importe de hasta 150 millones de euros, lo que significa que éstos podrían llegar a tener con esta operación el 41 por ciento del fabricante de envases de plástico.

Con un pasivo de 877 millones de euros, la inyección de nuevos fondos dará un respiro al grupo, que tiene alguna de sus fábricas totalmente parada.

Además de la falta de liquidez, otros desafíos a los que se enfrenta La Seda son los frente judiciales abiertos con accionistas y ex directivos y el fuerte deterioro de su cuenta de resultados.

En los primeros nueve meses del año, las provisiones contables ocasionaron números rojos de 382 millones de euros para el grupo químico. En términos estrictamente operativos, las ventas de La Seda cayeron un 39 por ciento a 685 millones por la brusca caída de los precios del PET, vinculados a los de las materias primas.

REFINANCIACIÓN DEUDA AÚN PENDIENTE

La ampliación aprobada el jueves era considerada indispensable por la actual dirección de La Seda, que sigue negociando a contrarreloj con los bancos la refinanciación de un crédito sindicado de 600 millones de euros.

El 77 por ciento de los bancos del sindicato han expresado un voto favorable a los planes de reestructuración de La Seda, algunos de ellos con condiciones, aunque para cambiar las condiciones contractuales del crédito es necesaria unanimidad, por lo que el grupo presidido por José Luis Morlanes ya se encuentra trabajando en otras alternativas para salvar este escollo.

"Se están buscando fórmulas legales para la reestructuración financiera sin que sea necesaria la unanimidad", dijo Morlanes el miércoles en un encuentro con la prensa previo a la junta.

Una de ellas podría ser la fórmula británica conocida como "scheme of arrangement", fórmula que tiene que ser aprobada por un juez y suele ser más ventajosa para todas las partes implicadas y que busca evitar la liquidación de una empresa.