El escritor barcelonés Jordi Sierra i Fabra, ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2007, con su obra "Kafka y la muñeca viajera", ha manifestado hoy en Bilbao que supone que han premiado su obra porque "es un canto a la literatura epistolar".

El prolijo escritor catalán, autor de 322 obras en su mayoría destinadas al publico infantil y juvenil, ha hablado hoy sobre su recién premiada novela en un acto con alumnos de ESO y Bachiller de centros escolares de Bilbao, dentro del Festival literario Gutun Zuria, que se celebra en la capital vizcaína a lo largo de este mes de abril.

Sierra i Fabra ha explicado, en una conferencia de prensa previa al acto con los escolares, que "Kafka y la muñeca viajera" es una novela que recrea un episodio real de la vida del filósofo checo y parte de un encuentro en un parque de Praga entre el escritor y una niña que llora por haber perdido su muñeca.

Para consolar a la niña, ha agregado el autor, Kafka le dice que la muñeca no estaba perdida, sino que "se había ido de viaje", y con el fin de hacer creíble su afirmación, el autor de "La Metamorfosis" y "El castillo" se convierte en el cartero ficticio de la muñeca, y Sierra cuenta esta anécdota en un lenguaje asequible para niños de más de 8 años.

La obra también ha sido traducida al euskera por el escritor y filólogo vasco Juan Kruz Igerabide y Sierra i Fabra ha manifestado hoy su satisfacción por esta iniciativa, que, según ha destacado, se ha llevado a cabo en dos o tres meses al objeto de que estuviese editada para la celebración, mañana, del Día del Libro.

Sierra i Fabra, quien comenzó a ser reconocido literariamente hace 32 años tras ganar el premio de novela que concedía entonces el Ayuntamiento de Bilbao, ha recordado que este es el segundo libro suyo que se traduce al euskera.

El autor barcelonés ha opinado que, hoy en día, "se ha perdido la costumbre de escribir cartas. Hoy se escribe más que antes gracias al e-mail (correo electrónico) y los sms (mensajes cortos de texto para teléfonos móviles), pero se está perdiendo todo el ritual que existía antiguamente en torno a la escritura de la carta: escribirla con tu letra, firmarla, meterla en el sobre, ponerle el sello y echarla al correo".