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Los temporeros de Jaén no dormirán al raso

 

 

JUAN ARMENTEROS

Los inmigrantes que se han quedado en la provincia de Jaén para trabajar en la recolección de la aceituna ya no tienen que dormir al raso, bajo las estrellas, como sucedió semanas atrás. Asociaciones humanitarias y Junta de Andalucía han confirmado a Público que la red de albergues de la provincia les asegura pasar las gélidas noches jienenses bajo techo; justamente lo que no ocurrió al inicio de la campaña cuando la llegada de unos 1.500 inmigrantes, a finales de noviembre, obligó a habilitar locales especiales para cubrir la emergencia.

Que ya no haya problemas de alojamiento para los temporeros es la consecuencia del propio desarrollo de la campaña de recolección, ya que muchos de quienes en los primeros días no encontraron trabajo se marcharon a otros lugares. Las 800 plazas para inmigrantes de los albergues de 22 municipios jienenses una iniciativa pionera en España son el colchón para dar cobijo, mientras no tienen empleo, a los que vienen a trabajar en los tajos.

En el albergue de la capital, el de mayor capacidad con 200 plazas, hay 33 camas libres; otro de los más importantes, el que gestiona Cruz Roja en Úbeda, está al 50%.

Paco Fontecha, portavoz del Foro Social de Jaén, afirma que en la capital 'la emergencia ha acabado, y ya hemos cerrado el local que alquilamos para suplir la falta de plazas en los albergues'. La Junta de Andalucía considera 'normalizada' la situación de los albergues de la provincia, donde efectivamente empieza a haber camas disponibles.

También Jaén Acoge confirma que se acabó la saturación para hospedar inmigrantes. Según Pedro González, responsable de esta asociación, el problema ahora es para los inmigrantes que encuentran trabajo con un empresario que no está obligado a darles alojamiento. Es muy común el caso de patronos 'que cogen al inmigrante por la mañana en la gasolinera y lo dejan por la tarde, al terminar la jornada, y no tienen la obligación de darle alojamiento al no ser un contrato en origen'.

En teoría, los temporeros sólo pueden utilizar los albergues si no tienen trabajo y por un periodo máximo de cinco días. Los contratados ocasionales, al tener trabajo, no pueden acogerse al sistema de albergues aunque muchos sí lo hagan de hechoni tampoco obligar al patrono a que les dé cobijo.

Según González, habría que plantear que los empresarios que dan de alta al temporero estén obligados a darle alojamiento el mismo día en que le den trabajo.

 

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