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La vida por un 0,1%

Zapatero cruza los dedos para que el PIB registre tasas positivas en este trimestre

ERNESTO EKAIZER

La economía española comenzó a registrar tasas de crecimiento negativas, simbólicas pero negativas al fin, en el segundo trimestre de 2008, en paralelo a otras economías que ya han dejado atrás la recesión, como es el caso de Francia, Holanda, Alemania e Italia, entre otros países.

En efecto, España decreció apenas un 0,02% (tasa revisada) en el periodo abril-junio de 2008. Llevamos, hasta el 30 de septiembre de 2009, con seis trimestres consecutivos de tasas negativas. Y los últimos tres meses de este año depararán otra cifra no menos cargada de simbolismo: se habrá de experimentar, o no, un año completo de actividad económicas con tasas negativas.

Zapatero quiere ver cumplido su vaticinio sobre una salida 'inminente' de la recesión 

De ahí que el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero cruce los dedos y quiera ver cumplido su vaticinio sobre una salida 'inminente' de la recesión lanzada a primeros de mes en su informe económico anual.

Y si una sola cosa ha pedido la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, a papa Noel ha sido eso: una tasa de crecimiento, por más simbólica que sea, en los últimos tres meses del año. Un titular, vamos, de este tenor: 'España sale de la recesión'.

Y está entre las probabilidades que contempla Elena Salgado, quien también cruza fuerte los dedos para que así se confirme un simbólico o ligero crecimiento de la economía en el cuarto trimestre de 2009.

Hasta hace quince días, la ministra y vicepresidenta segunda del Gobierno creía más en las probabilidades de una tasa negativa del orden del 0,1% o del 0%, pero en los últimos días ha ido acariciando la posibilidad de que la economía española seguramente haya crecido un 0,1%, e incluso algo más.

La ministra sabe que una cifra parecida poca luz ha de arrojar sobre el final del túnel de la crisis; pero es consciente de que Zapatero necesita ese haz, y de que para ella, no menos que para el presidente, sería un trofeo simbólico, todo un titular, para apuntalar su gestión.

¿Por qué ha de arrojar poca luz sobre el final del túnel? Porque la cifra relevante es la del paro. Y tanto la de paro registrado de diciembre, que se ha de conocer la primera semana de enero, como la de la encuesta de población activa del cuarto trimestre de 2009, que será anunciada en la última semana de enero, van a consagrar lo que ya es conocido. Esto es: que el paro sigue escalando.

Si la EPA del cuarto trimestre de 2008 arrojaba 3,2 desempleados, la de este cuarto trimestre estará en torno a los 4,2 ó 4,3 millones, pasando la tasa del 13,9% al 18%, en números redondos.

Es cierto que todo en economía debe ser traducido a términos relativos y que si en el cuarto trimestre de 2008 la EPA daba cuenta de un aumento de 609.000 en el número de parados, la del cuarto trimestre de 2009 va, seguramente, a dar un incremento mucho menor, que podría oscilar en unos 150.000 parados más, menos de la tercera parte de aquella terrorífica de hace un año.

Pero es lo cierto que un simbólico incremento del PIB en el cuarto trimestre sirve de poco para desmentir la tendencia que perfila la economía española y que si hace un año ya se podía intuir ahora ha arraigado definitivamente. La recuperación será muy larga y dolorosa. En términos de actividad y, por tanto, de empleo.

El abogado y economista norteamericano Richard Posner, defensor de las tesis neoliberales hasta la crisis en curso, ha definido estos días el valor relativo de la estadística del PIB en relación a la economía norteamericana.

'Estoy en desacuerdo con los economistas que dicen que la recesión ha terminado en el tercer trimestre'

'Estoy en desacuerdo con los economistas que dicen que la recesión ha terminado en el tercer trimestre', advierte Posner. Y añade: 'La depresión, como creo que deberíamos llamarla, ha provocado un desempleo masivo, con todas las ansiedades y privaciones, ha reducido mucho la riqueza de los hogares, ha transformado en negativa la inversión privada, ha costado al gobierno billones de dólares en ingresos fiscales perdidos y gastos en la recuperación, ha minado la confianza en el libre mercado y ha alterado la línea entre gobierno y empresas a favor del gobierno y está amenazando con una inflación futura al tiempo que aumenta nuestra dependencia de los acreedores extranjeros. Ver un cambio en el PIB de negativo a positivo como el final de la depresión es malinterpretar el PIB como medida de la actividad económica'.

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