'Lo siento mucho, pero no le perdono. Que le perdone el que está arriba si lo tiene que perdonar. Yo no'. Mavi Muñoz, la madre de Carlos Palomino (el antifascista de 16 años asesinado en 2007 por Josué Estébanez, un militar neonazi) encabezó ayer la manifestación en recuerdo de su hijo, en vísperas del juicio que por este crimen comenzará mañana lunes en la Audiencia Provincial de Madrid.

Ella, como muchos de los manifestantes, llevaba puesta una camiseta negra con el lema: 'Carlos, ni olvido ni perdono'. En la cabecera, había una gran pancarta donde se podía leer: 'Sin justicia no habrá paz, ¡Carlos vive!, Josué asesino!'. El número de participantes, como suele ocurrir en este tipo de marchas, dio un salto entre lo que calculó la Policía y lo que señalaron los organizadores.

Unas 2.000 personas se congregaron, según las Fuerzas de Seguridad, y 10.000 según portavoces de los antifascistas. Una veintena de policías de la Unidad de Intervención Policial (antidisturbios) vigilaron el recorrido y la propia organización colocó a ambos lados de la marcha a una docena de personas encargados también del control. Al final de la marcha, sólo se había registrado un pequeño altercado entre una mujer 'de derechas' y algunos de los concentrados.

En la manifestación, participaron muchos chicos jóvenes, pero también desfilaron padres. 'Tenemos que patear las calles en señal de protesta', afirmó Juan Carlos Puerta, padre de Luna, una de las chicas que iba con Palomino el día que fue asesinado. Ella no quiso hablar: 'Me remito al comunicado' (en referencia a una octavilla que se repartió durante la marcha)

Llani, otra madre, acudió sola porque tiene una hija antisistema de la edad que tenía Palomino cuando fue asesinado. 'Le podía haber pasado a ella, por eso he venido', contó. Además de gente de Madrid, acudieron antifascistas de otros lugares de España.

'Hemos venido unas 30 personas en un autobús'

'Hemos venido unas 30 personas en un autobús; volveremos esta noche a casa', señaló un representante de la Plataforma Antifascista de Barcelona.

La manifestación tuvo una parada especial frente a la boca del metro de Legazpi, donde se produjo el crimen. Allí, las consignas se intensificaron. Al final del recorrido, uno de los participantes leyó un comunicado que ponía en duda la imparcialidad del tribunal. La madre de Palomino recalcó que con el juicio quiere cerrar una etapa y que Carlos, a partir de entonces, 'será un miembro más de los caídos ante el fascismo'.