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El GPS europeo guiará a los perros de rescate

Un físico español gana el premio a la mejor aplicación para el sistema Galileo

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Sólo uno de los 300 proyectos de 30 países que acudían a la sexta edición de la competición para sistemas de navegación por satélite Galileo Masters podía llevarse el primer premio. Y el ganador ha sido el osmógrafo del físico español José Caro. El aparato aprovecha la tecnología de geolocalización para el rescate de personas con perros adiestrados.

Galileo Masters es una competición internacional que busca nuevas aplicaciones que empleen el futuro sistema de posicionamiento global Galileo, una versión europea del GPS estadounidense.

Precisamente, el osmógrafo -de la unión de las raíces griegas olor y descripción- ha sido probado en situaciones reales usando el GPS. Ideado por Caro en la empresa GMV y con la colaboración de la ONG de Valencia Intervención Ayuda y Emergencias (IAE), lo que hace el aparato es grabar el olor. Colocado en el cuello del perro, registra las zonas del desastre que olisquea y manda la información de la zona cubierta en tiempo real al ordenador para mapear el recorrido del can. Así, su responsable puede volver a mandarlo a las zonas que no haya cubierto.

'Pero no dibuja por dónde pasa el perro', aclara Caro. 'El alcance de su olfato es mayor que la zona que recorre', añade. Otro elemento que tiene en cuenta el osmógrafo es la velocidad y dirección del viento, porque, 'sin viento, el perro poco puede hacer', explica Caro. Para ello, el sistema incluye una veleta y un anemómetro. El centro de control del ordenador tiene tabuladas y registradas las capacidades olfativas de cada uno de los canes.

'Con este sistema conseguimos saber las zonas que han quedado sin cubrir'

En situaciones de derrumbe de edificios por terremotos u otros sucesos, en el sistema tradicional de búsqueda asistida por perros, el guía del animal apenas puede seguirlo a todas las zonas por las que pasa. Además de la rapidez de movimientos del can, suelen ser zonas peligrosas que pueden venirse abajo en cualquier momento. El responsable de la operación tiene que tomar casi a ciegas la decisión de dejar de buscar y dar paso a la maquinaria pesada. Su entrada supone dar por muertos a los que puedan quedar bajo los escombros. 'Con este sistema conseguimos saber las zonas que han quedado sin cubrir por el olfato del perro y mandarlo allí', cuenta Caro.

Su sistema ganó el premio regional promovido por la Comunidad de Madrid, el especial en la categoría de soporte a la vida y, en un segunda votación por parte de 150 expertos, el gran premio absoluto. La ceremonia se celebró recientemente en Múnich, Alemania.

La idea de la empresa GMV es comercializar el sistema, que aún se encuentra en fase de prototipo. Aunque pueden fabricarlo bajo demanda, su objetivo es que se pueda industrializar el proceso de fabricación del osmógrafo. Entre sus posibles compradores estarían las unidades de rescate oficiales y las ONG dedicadas a estas misiones.

En principio, el osmógrafo de GMV podría ser adaptado a todas las situaciones en las que se usen perros.
Ya hay canes que son empleados en la investigación de incendios forestales. Con este sistema el animal podría ser más eficaz en la búsqueda del origen del fuego, elemento clave para saber cómo se inició.

Otras aplicaciones serían la localización de cebos envenenados en zonas naturales protegidas, las operaciones policiales de detección de explosivos y drogas, o el desminado en zonas de guerra.

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