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Internet se convierte en un arma política

Políticos y expertos reconocen su valor para la movilización, pero matizan su impacto fuera de las protestas tecnológicas

 

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Como demostró lo sucedido el pasado martes, el día del debate y votación de la ley Sinde, también desde la red se puede hacer política. Twitter, la red social Facebook o las salas de chat IRC se han convertido en herramientas para la acción. Incluso las viejas protestas callejeras tienen su correlato virtual en los ataques a páginas web. Pero los expertos dudan de que sirva fuera de la red.

En los minutos previos a la votación, pasadas las 10 de la noche, apenas había unas decenas de personas ante las puertas del Congreso protestando contra la norma, incluida en la Ley de Economía Sostenible, que permitiría a una comisión administrativa cerrar páginas web en cuatro días, con el visto bueno posterior de un juez. Sin embargo, eran miles los que protestaban en la red. Unos, mediante mensajes de Twitter o en Facebook, otros lanzando ataques a páginas web. Por 20 a 18 votos (todos ellos del PSOE), la ley Sinde fue rechazada.

'La escucha debe ser bidireccional', opina María González, del PSOE

El PSOE tenía la semana pasada todo atado para la aprobación de la LES. Con el no asegurado del PP, IU e ICV, se bastaba con el apoyo del PNV y Coalición Canaria. Y si estos fallaban, podrían recurrir a CiU. Pero, con la pólvora de los cables de Wikileaks, que mostraban la inspiración de EEUU en la elaboración del plan contra las páginas de descargas, todo se incendió. El colectivo Hactivistas.net lanzó una campaña de envío masivo de correo a los diputados. El domingo, una veintena de páginas de enlaces cerraban como protesta y, ya el lunes, empezaron los ataques a páginas de partidos políticos.

'Yo sí me esperaba una movilización como esta', asegura la responsable de innovación y nuevas tecnologías del PSOE, María González. 'La movilización en sí es positiva, pero la escucha debe ser bidireccional y, desde la red, las posiciones han sido muy cerradas', añade. Con todo, ella considera más importante la negativa de los nacionalistas al acuerdo que la acción en la red para explicar el rechazo a la ley con la que el Gobierno quiere luchar contra las descargas en internet.

Para el experto en redes sociales Víctor Gil, el uso masivo de Twitter durante el lunes y el martes, con las palabras 'leySinde' o 'Sindegate' encabezando su lista de temas del momento, sí ha tenido una gran influencia. 'No podemos caer en el error de juzgar la relevancia de lo que sucede en Twitter en función de su penetración de uso, que es ciertamente marginal'.

'Las revoluciones se hacen en las plazas', opina un experto

No se trata solo de que el profesor del IE Business School, Enrique Dans, tenga 120.000 seguidores en Twitter, frente a los 8.300 que siguen al PSOE. Ni de que Jesús Encinar, creador de Idealista.com y también contrario a la ley antidescargas del Gobierno como Dans, tenga cinco veces más seguidores que el PP en este sitio. 'En la medida en que sus usuarios están más conectados, relacionados y, especialmente, tienen mayor influencia, lo que pasa en Twitter es muy permeable en el resto de medios sociales y, lo que es más importante, en los medios convencionales de comunicación', explica Gil.

Esta influencia es la que movilizó a los internautas el martes. Pero, ¿se les movilizaría otro día y para otra causa? El profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense, Juan Carlos Monedero, tiene sus dudas. 'Para una minoría consciente, sí, pero no para el conjunto. No aparece la reclamación de la propiedad pública de todos los medios de producción, solo los culturales'. Y se pregunta: '¿Qué están dispuestos a arriesgar por defender ese derecho? Las revoluciones se hacen en las plazas, igual que las invasiones son ciertas cuando al final entra la infantería. Y si te dedicas a hacer caer páginas, terminas pareciéndote a tu enemigo'.

La web del Congreso de los Diputados es una de las que cayó. Sufrió el ataque de denegación de servicio (DDoS) más serio que se recuerda. Durante todo el martes miles de personas y 'alguno que parecían cientos', como dice el responsable de comunicación de la Cámara, hicieron millones de peticiones a la página hasta que colapsaron el servidor. De nada sirvió que destacados líderes de opinión en Twitter pidieran que dejaran de ser atacadas.

Laia Ortiz, de ICV, reconoce que los políticos van 'a remolque'

Algunos de los comentarios que se podían leer en estos foros muestran la enorme distancia que existe entre los políticos y muchos de los internautas que estaban movilizados, una distancia que podría explicar la animadversión de la red hacia la clase política.

'Los políticos vamos a remolque', reconoce Laia Ortiz, responsable de comunicación de ICV y diputada en el Parlament. 'La red ha revolucionado las formas de hacer política', añade. Pero a los partidos, como ella misma reconoce, les ha pillado a contrapié la irrupción de la red como canal de movilización. Ortiz reconoce que aún hoy los partidos siguen usando la red como una mera herramienta de marketing. 'Ahora debe haber diálogo', añade.

Lourdes Muñoz, diputada por el PSOE y destacada bloguera, siente que se está iniciando una transición hacia la sociedad en red, donde la acción política será horizontal, pero aún no ha llegado ese momento. 'La influencia de la red en la política es aún indirecta. Su impacto se produce cuando salta a los medios tradicionales', explica. Y pone un ejemplo: 'Lo impactante no fue que una veintena de páginas se fuera a negro como protesta; el impacto se inició cuando TVE abrió su informativo con ello'.

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