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La tiza dice adiós ante la llegada de la pizarra digital

En Sant Vicenç dels Horts, Barcelona, se imparte el primer curso de formación de estas tecnologías

ALBERTO CABELLO

Las pizarras clásicas tienen los días contados. Desde que apareció en el mercado la denominada PDI (Pizarra Digital Interactiva) cada vez son más los adeptos a esta especie de ordenador de grandes dimensiones que, sin abandonar los usos más tradicionales, permite también integrar en su superficie todo tipo de archivos como documentos de texto, presentaciones o vídeos. Debido a la creciente demanda de los docentes, un grupo de expertos ha tenido que crear el primer curso de formación en este tipo de tecnologías.

Se imparte desde Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), en el Centro de Recursos Pedagógicos Baix Llobregat 6. 'El éxito ha sido tal que hemos tenido que crear, además de los cursos presenciales, dos grupos telemáticos más', explica la docente Elvira Safont, que también detalla el entusiasmo demostrado por los docentes ante este tipo de sistemas: 'hasta los profesores más reticentes a las nuevas tecnologías', añade, 'se muestran entusiasmados con este tipo de pizarras, porque también tienen la opción del uso más tradicional'.

Mediante la utilización de un lápiz óptico o incluso los dedos, alumno y profesor pueden escribir cualquier palabra. La primera sorpresa llega cuando, a través de un clic, la letra manual se transforma en tipográfica.

Aplicación práctica
Este uso tan sencillo es sólo un ejemplo de la cantidad de posibilidades que aportan las pizarras digitales. Temas como el de la Revolución industrial, por ejemplo, se pueden abordar con una primera introducción teórica para posteriormente ilustrarlo mediante mapas virtuales o combinarlo con archivos de sonido y fragmentos de películas, haciendo más atractivos cada uno de los temas.

Con este tipo de sistemas resulta más sencillo hacer que los alumnos partipen de forma activa en la búsqueda de esos materiales y en su configuración. Según detalla el director del Centro de Recursos donde se imparten estas clases, Antoni Moga, la intención es posibilitar 'el cambio metodológico, que el sistema educativo no se base solamente en la unidireccionalidad de un profesor que explica a los alumnos'.

De momento, las dos pizaras digitales más comercializadas en España son Smart Board e Interwrite. Para sus creadores, su uso es bastante asequible después de las primeras clases, aunque el precio sigue siendo un escollo importante. Las pizarras digitales interactivas pueden rondar, en función de los diferentes modelos, los 2.500 euros sin contar el coste del proyector y el ordenador que hacen falta para completar el equipo.

Banco de contenidos
Con la Pizarra Digital Interactiva, cada profesor puede configurarse su propia clase a través de un mecanismo que permite almacenar, en un lateral de la pantalla, carpetas creadas previamente. La otra opción es descargarse la clase del banco de contenidos del Centro de Recursos Pedagógicos, que se encarga de seleccionar aquellas clases más interesantes para los centros y colgarlas en la Red. Éstas se clasifican en las categorías de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. El centro también ofrece un manual de uso on-line sobre el manejo de estas pizarras.

A partir de septiembre, fecha en la que comenzará el nuevo curso, los ordenadores de los 9.000 centros escolares de educación primaria de Ginebra (Suiza) tendrán como sistema operativo Ubuntu, una distribución de Linux. También usarán otros programas de trabajo de código abierto, como OpenOffice. Tras varios años en los que los alumnos trabajaban con equipos duales (con Windows y Linux), a partir de esa fecha funcionarán sólo con software libre. El Departamento de Instrucción Pública ginebrino defiende la decisión por la fiabilidad y ahorro que conllevan estos programas. Otra de las ventajas tenidas en cuenta es que los alumnos podrán trabajar con los mismos programas en casa y en la escuela, al no tener que comprar herramientas para Windows. Tras estas razones hay también una posición política. Como declaró al periódico ‘Tribune de Genéve’ un responsable del departamento educativo, el software libre refuerza la idea de compartir y la democratización del conocimiento, además de autonomía con la adquisición de habilidades. 

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