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Conciertos sin abusos

Un expediente abierto a la promotora del caótico espectáculo de Springsteen en Santiago puede suponer un antes y un después en un negocio donde son habituales los recortes de los derechos del consumidor

CARLOS BARREIRO

No todos los conciertos de la última gira española de Bruce Springsteen con la E Street Band fueron esa enfervorecida ceremonia de rock de la que hablaban las crónicas. El del 2 de agosto en el Monte do Gozo, antesala de los grandes eventos que se esperan en Galicia este año con motivo del Xacobeo, estuvo marcado por el caos organizativo. Los accesos insuficientes para un espectáculo que había vendido 38.700 entradas provocaron peligrosas aglomeraciones, empujones y carreras. El retraso en la apertura de puertas agravó la situación. Además, la poca diligencia del personal de seguridad y el espacio mal acondicionado del auditorio al aire libre santiagués con zonas escarpadas y un terreno que los asistentes con los que ha hablado este diario describen como 'un patatal' acentuaron la sensación de desorganización entre el público.

Unos incidentes que acabaron en manos del Instituto Galego de Consumo, que ha abierto un expediente sancionador con una multa de 2.400.000 euros a Big Tours S.L., empresa del grupo Doctor Music, en respuesta a las denuncias remitidas por el Concello de Santiago. El expediente, con mero valor informativo por el momento, marca el inicio de un proceso administrativo en el que ahora el denunciado debe exponer sus alegaciones y que puede acabar en los tribunales si los denunciantes deciden continuar por esa vía.

Retrasos, colas y un recinto que era 'un patatal' centran las quejas

No es la primera vez que se abre un proceso de este tipo, apuntan desde Facua-Consumidores en Acción, organización que en verano ya denunció las prácticas abusivas de los festivales de música en España. Pero por la cuantía de la multa se aprecia una intención ejemplarizante que no se ha visto hasta el momento.

Según fuentes del sector, la explicación a los sucesos de Santiago hay que buscarla en una práctica habitual por parte de los promotores de eventos de este tipo cuando toca reducir gastos: recortar en personal de seguridad y quitar accesos. Aunque las normativas en materia de leyes de espectáculos varían según las comunidades autónomas, por norma general se pide un plan de emergencias y desalojo, que la empresa contratada para llevar la seguridad se encarga de diseñar después de reconocer el espacio donde se celebra y que luego debe presentar a la Policía Nacional para que lo apruebe. Ese plan, por ejemplo, es el que condiciona el aforo permitido para el evento.

El expediente recoge una multa de 2.400.000 euros al organizador

Una vez aprobado, es práctica habitual por parte de algunos promotores modificarlo a su conveniencia, como si fuera un aspecto superfluo de la producción del espectáculo. Aunque este periódico no ha podido confirmar con la empresa organizadora si el plan que se desplegó en el Monte do Gozo fue el mismo que recibió el visto bueno de las autoridades y comprobar si en último término pudo haber responsabilidades de la administración, las declaraciones de su encargado de prensa después del concierto apuntaban a que las aglomeraciones fueron por las características del recinto, con dos accesos muy separados entre sí.

Tanto el Instituto Galego de Consumo como Facua señalan que las denuncias de espectáculos de este tipo no son muy habituales. Un dato que, para Rocío Giráldez, de la asociación de consumidores, pone de manifiesto la desinformación y la escasa conciencia de los derechos que como consumidores tienen los asistentes a conciertos en España si los comparamos con los usuarios de otra clase de servicios.

'La gente llega hasta la idea de que en caso de suspensión debe reclamar la devolución del importe de la entradas. Pero no se sabe que las causas de la suspensión o el recinto son condicionantes. Tampoco sabe a quién tiene que reclamar o que, en caso de que se le tengan que abonar las entradas, existen unos plazos', dice Giráldez. El hecho de que la normativa sobre espectáculos varíe entre comunidades complica la situación.

El Ministerio de Cultura acaba de aprobar una partida de medio millón de euros para apoyar el circuito de música en directo, que además de ser una inyección económica, quiere suponer una inyección moral importante para un sector que es la cenicienta de la cultura en España.

'Poca gente se mueve por un mal sonido, por ejemplo'

Pero atendiendo a las palabras de la representante de Facua-Consumidores en Acción, parece que todavía tiene muchas tareas pendientes en materia de derechos del consumidor para llegar a tener la misma consideración que otras industrias culturales. Según Giráldez, para que la situación mejore debería haber movimientos desde varios flancos. El hecho de que sucesos como los del concierto de Springsteen en Santiago aparezcan en los medios ayuda a que la gente se movilice si han vivido casos similares. 'Es algo que hemos comprobado en otros mercados', dice.

'Pero también son importantes las campañas de los organismos públicos a pie de calle o que los espacios donde se celebren conciertos incluyan cartelería en la que se informe de los derechos básicos de los espectadores y anuncien que hay hojas de reclamación; o que los propios organizadores entreguen documentación a los compradores de entradas para que en caso de suspensión, o cualquier otro problema, sepan a donde acudir y estén informados'. Pero al mismo tiempo, reconoce que es un mercado complicado: 'Poca gente se mueve por un mal sonido, por ejemplo'. Una de las quejas cotidianas entre el público pero que termina siendo algo subjetivo y difícil de argumentar en una denuncia.

¿Cuáles son las denuncias habituales?
La mayor parte de las denuncias que llegan a los organismos de consumo de espectáculos de música en directo tienen que ver con cancelaciones de actuaciones. La mayoría se producen durante los meses de verano, que son los de más actividad en el sector. Precisamente, el pasado verano, Facua denunció a ocho festivales nacionales (FIB; Viña Rock; Primavera Sound; Bilbao BBK; Kobetasonik; Azkena Rock; Estrella Levante SOS 4.8; y Sunfec) “por incluir cláusulas abusivas”, como la prohibición de entrar comida, el hecho de no poder devolver las entradas en caso de modificación del cartel o de recuperar una parte del dinero si se suspenden cuando hay transcurrido más de la mitad del espectáculo”.

¿A qué organismos puede acudir el consumidor?
Todas las comunidades cuentan con organismos para ello: agencias, direcciones, áreas o bien institutos de consumo. Puede que existan diferentes denominaciones, pero las funciones de todos ellos son las mismas. Estos organismos acostumbran a tener documentos oficiales para efectuar reclamaciones en sus sitios de Internet y un servicio on-line o teléfonico para resolver las dudas de los consumidores. Además, hay numerosos ayuntamientos y organizaciones comarcales que han puesto en marcha oficinas similares.

¿Dónde se puede consultar la legislación?
Existe una legislación marco en materia de espectáculos elaborada por el Gobierno central, aunque luego varía según las comunidades, por lo que hay que acudir y consultar la regulación de la autonomía en la que se celebra el concierto.

A Coldplay se le atraganta el estadio
Los problemas de sonido durante la actuación del grupo británico en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona, el pasado 4 de septiembre, empujaron a gran parte del público asistente a a organizar una recogida de firmas on-line para exigir a la promotora un nuevo concierto gratis en la ciudad. A los dos días, más de mil personas se habían adherido a la propuesta. Durante el concierto, el grito de “no se oye” fue tan coreado como el estribillo de himnos de la banda como ‘Viva la vida’, ‘Clocks’ o ‘Yellow’.

Hora punta con Madonna en Zaragoza
Colapso este verano en los accesos a la Feria de Zaragoza para ver la última gira de ‘la ambición rubia’. Las colas, de más de dos horas tanto para llegar como para salir del recinto, acabaron con la paciencia del público, que también se quejó por la falta de servicios. Los primeros compradores de entradas ya estaban molestos por la posterior política de descuentos y promociones que intentaba animar la escasa venta en las semanas previas al concierto.

Sin rastro de Morricone ni del Orfeón Donostiarra
En 2008, el público de Madrid vivió la anulación en tres ocasiones de un concierto del compositor italiano con la agrupación coral vasca. En las dos primeras se argumentaron problemas técnicos. La tercera, con las entradas ya a la venta, se suspendió después de una nota de prensa del local que, supuestamente, había sido alquilado para albergar el concierto. El promotor, tras unos primeros contactos, no había hecho efectivo el pago y no daba señales de vida.

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