Público
Público

El poeta en la noche de Europa

La editorial Galaxia Gutenberg publica La gruta de las palabras', una selección de la mejor obra poética del checo Vladimír Holan

CARLOS PARDO

Si Vladimír Holan, nacido en Praga en 1905 (contemporáneo de la Generación del 27), encarna el mito del último gran poeta del siglo XX, ello se debe a que entendió la poesía como un arte de las contradicciones y vivió en su propia piel las contradicciones de su tiempo.

Durante los años del Gobierno comunista de Checoslovaquia, perseguido por la Unión de Escritores por 'formalista decadente', se encerró en su casa de la Isla de Kampa para apenas salir nunca más, simbolizando con ello el destino de la poesía en tiempos de miseria. Por las noches, insomne ('Y es verdad / que donde se está mejor es sentado en la cocina / aunque sea la cocina del insomnio'), escribió algunos de los poemas más significativos del siglo XX y mantuvo la exigente búsqueda de la unión de la belleza y de la inteligencia. Esto es, de la poesía entendida como una forma de conocimiento.

La editorial Galaxia Gutenberg presenta ahora La gruta de las palabras, una extensa selección (con varios libros completos) del mejor Holan. Un acto de justicia con uno de los poetas más importantes del pasado siglo que, como no podía ser de otra manera, es fruto de la traducción de Clara Janés, la gran difusora en España de la obra del poeta checo.

El premio Nobel Jaroslav Seifert lo aclara en su libro Toda la belleza del mundo: 'Como tendréis curiosidad por saber quién de nosotros era el mejor poeta, os lo revelaré directamente: era Vladimír Holan, el ángel negro'.

Holan comenzó a publicar muy joven en la Praga de entreguerras, una de las capitales de la vanguardia artística nacida de las ruinas del Imperio Austrohúngaro. Con sus primeros poemas, Holan se colocó en la punta de lanza de una poesía que bebía de Mallarmé y de los simbolistas, pero que también compartía la cercanía de otros ismos (cubismo, surrealismo, simultaneísmo).

Esta poesía hermética, misteriosa y experimentalista (para hacerse una idea: Holan fue traductor de la Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora), fue perdiendo su 'pureza' y dejándose manchar con los problemas de un mundo convulso, en vísperas de una guerra. Holan se decanta por un estilo más directo, más de ideas que de imágenes, que durante la guerra y la ocupación nazi se hace aún más inmediato y conversacional. Como en Soldados del Ejército Rojo (1947) un desnudo diario poético de guerra. Fue la última publicación de Holan en 15 años.

En 1948, tras ser acusado de 'formalista' por la Unión de Escritores, Holan decide encerrarse en su casa. Son los años en los que escribe su mejor poesía. La herencia del simbolismo se adivina en la capacidad de aunar misterio y precisión, pero es difícil explicar esta poesía sin caer en las contradicciones: es coloquial, pero lírica; directa pero imaginativa; inmediata pero clásica... Por ejemplo, el libro Dolor, escrito con la brevedad de las notas íntimas. O Una noche con Hamlet, larga meditación fragmentada sobre la muerte, sarcástica y grave al modo de un gran poema barroco.

Ambas obras fueron publicadas en 1964, coincidiendo con una apertura política que tendría su punto álgido en la Primavera de Praga, y su abrupto final con los tanques rusos en 1968. El poeta siguió con su encierro hasta su muerte en 1980.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?