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Bofetada a la América racista

Jeff Nichols desdeña, como sus personajes, la fama y concentra en ‘Loving’, una sencilla historia de amor, la verdad sobre el poder del individuo para cambiar el mundo. Es la historia de la pareja que logró que se aboliera la prohibición de los matrimonios interraciales.

Cartel de la película 'Loving' dirigida por Jeff Nichols

BEGOÑA PIÑA

@begonapina

MADRID. - Una América solo para blancos”. Fue una de las pintadas más repetidas en muchas ciudades de EE.UU. solo un día después de que se conociera la fatídica victoria de Donald Trump en las elecciones. Los supremacistas blancos se han envalentonado y su obscena y repentina exhibición ha revelado al mundo un creciente racismo, amenazante.

Un panorama muy sombrío que ha envuelto el estreno de Loving, cuarto largometraje de Jeff Nichols, donde se cuenta la historia de amor de Richard y Mildred Loving, la pareja que consiguió que la Corte Suprema aboliera en 1967 la prohibición de los matrimonios interraciales.

“A medida que preparábamos la película, había tanta tensión racial en nuestra sociedad que estaba haciendo que el proyecto fuera mucho más relevante de lo que habíamos anticipado”, explicó Nichols en Cannes, donde hubo, como en EE.UU., unanimidad entre la crítica. “Una película discretamente devastadora que resuena en el aquí y ahora y camina con los ritmos de la historia y del corazón”, escribió Travers en Rolling Stones, mientras otros, como John Bleasdale, mencionaban en su texto a Gandhi cuando aseguraba que un solo individuo con su forma de vivir podía cambiar el mundo.

Lección al Hollywood de los 'mainstreams'

Y así fue. Y este cineasta, con una inusual sensibilidad y sutileza, cuenta una historia de amor que sacude por su verdad universal. Aunque suene cursi y reiterativo, Loving es una gran película sobre el poder del amor. Nichols no muestra la lucha de unos activistas a finales de los 50, recorre el viaje que hicieron Richard y Mildred Loving, una pareja interracial que se enamoró y casó en 1958 en Washington. Tras la ceremonia regresaron a Virginia, el Sur de EE.UU., donde entonces aún existían las leyes segregacionistas. Fueron encarcelados y desterrados. El amor, la familia y la necesidad de volver a Central Point con los suyos les dieron la fuerza que necesitaron para luchar hasta que en 1967 consiguieron regresar.

El director y actor australiano Joel Edgerton y la actriz etíope Ruth Negga, que hacen dos de las mejores interpretaciones que se han visto en el cine norteamericano reciente, son los protagonistas de esta gran película, con la que el cineasta da una poderosa lección al Hollywood de los mainstream, despreciándolo y armando su propio cine de nobleza, dignidad y modestia. “No eran mártires y no querían serlo. No eran símbolos y no querían serlo. Eran dos personas enamoradas que querían estar juntas y con su familia”, explica el director, un creador convencido de que “hay belleza en la sencillez”.

"Una tranquila tensión"

“No todos los héroes llevan capa”, aseguró la actriz Ruth Negga refiriéndose a Richard y Mildred Loving, una pareja que minimizó siempre la importancia de su pelea y de su victoria histórica. El caso de su lucha por los derechos civiles, 'Loving contra el estado de Virginia’, llegó hasta la Corte Suprema, que en 1967 reafirmó el fundamento mismo del derecho a casarse invalidando las leyes que prohibían el matrimonio interracial en EE.UU. Aquel año, 16 estados del Sur mantenían todavía vigentes las leyes segregacionistas. El caso se citó como precedente muy recientemente en el caso ‘Obergefell contra Hodges’, donde se falló el derecho fundamental de las personas del mismo sexo a contraer matrimonio.

A la derecha, los actores Joel Edgerton y Ruth Negga que dan vida al matrimonio Loving y a la izquierda el matrimonio real, Richard y Mildred Loving

A la derecha, los actores Joel Edgerton y Ruth Negga que dan vida al matrimonio Loving y a la izquierda el matrimonio real, Richard y Mildred Loving

“El amor entre estas dos personas fue lo que me impactó emocionalmente. De eso surge la otra parte importante de la historia, que es la decisión de la Corte Suprema. Creo que cada vez que se nos recuerda la elegancia y la belleza sencilla del amor, es algo bueno”, ha dicho Jeff Nichols, que explica así la razón de que en su película haya “una tranquila tensión”. “No hay bombas incendiarias estallando, las cosas no arden –añade-. Richard y Mildred Loving están en un torbellino, pero también están en una pequeña región y la película va sobre su vida cotidiana. Loving no representa ese Sur que el público podría esperar”.

"Algo urgente que nos habla a todos"

Esta es la primera vez que Nichols (Take Shelter, Mud y Midnight Special) accede a trabajar sobre una historia que no es propia. Martin Scorsese, padrino de este proyecto, le llamó por teléfono para animarle. Entonces, el cineasta ya había visto el documental The Loving Story que Nancy Buirski hizo en 2011 para la HBO y que fue la chispa definitiva de su película. El actor Colin Firth, completamente fascinado por la historia de esta pareja que descubrió en el documental, se empeñó en llevarla a la ficción con la productora que había creado junto a Ged Doherty.

Al final, Loving es una película que va mucho más allá de la histórica prohibición de los matrimonios interraciales o de la lucha por los Derechos Civiles en EE.UU. Es una historia que celebra la honradez, que aplaude al individuo que vive de acuerdo con su verdad, al que actúa por amor y humanidad, una apuesta por la sencillez de una vida justa y digna. Joel Edgerton se pregunta ahora “cómo sería si te dijeran que porque te casaste con la persona que amabas tenías que ir a la cárcel, o ser un exiliado y vivir lejos de todo el mundo que conoces” y confiesa que admira a Nichols porque “no intenta llamar la atención sobre su cine. Con Loving, adopta un enfoque muy sutil del drama de la situación de los Loving, pero dentro de esa sutileza hay algo urgente que nos habla a todos”.

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