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'El buen patrón' Fernando León: "Las relaciones de vasallaje siempre han estado en el mundo laboral"

El cineasta apuesta por el humor en 'El buen patrón', para retratar la realidad laboral, ridiculizar las artimañas de algunos empresarios y denunciar la pérdida de identidad de clase de los trabajadores. Preseleccionada para representar a España en los Oscar, compite por la Concha de Oro en San Sebastián

Fernando León, durante el rodaje de la película
Fernando León, durante el rodaje de la película. Mediapro

Empresarios manipuladores y farsantes, caciques de gesto amable; trabajadores que han perdido su identidad de trabajadores, sin conciencia de clase; intereses personales, egoísmo, miedo, insolidaridad, servilismo y hasta casi esclavitud. Sirven perfectamente para dibujar un esbozo de la realidad laboral de hoy, dura, cada vez más salvaje.

Pero si todo ello se cuenta con humor, un poco ácido y negro, claro, "se hace más soportable, porque el humor también es catártico y revolucionario". Y aliviar las penas y el dolor que infringe el sistema a los trabajadores de hoy es la intención de Fernando León de Aranoa con su nueva película, El buen patrón, preseleccionada para representar a España en los Oscar y aspirante a la Concha de Oro en el 69 Festival de San Sebastián.

Quinta película del cineasta producida por Mediapro y tercera colaboración con Javier Bardem, tras Los lunes al sol y Loving Pablo, esta comedia recrea situaciones odiosas, desgraciadamente, habituales, que aquí, sin embargo, provocan la risa —a veces la carcajada—, aunque ésta nazca del pesar y del abuso. Con Manolo Solo, Fernando Albizu, Celso Bugallo y Almudena Amor, entre otros, la película ridiculiza de las artimañas que emplean ciertos empresarios —"vosotros sois mi familia"— y destapa la mentira monumental del mantra "por el bien de la empresa" que se repite obsesivamente para justificar despidos e injusticias.

Javier Bardem interpreta a Blanco, dueño de una fábrica de balanzas industriales, en una ciudad de provincias. Es un tipo sociable, con cierto carisma, y al mismo tiempo un empresario poderoso y despreciable. La relación con los trabajadores de la empresa y de éstos entre sí permite al cineasta reflejar el disparate laboral y humano al que hemos llegado. Fernando León de Aranoa habló con Público sobre todo ello.

Debutó con 'Familia', un tipo que contrataba a personas para que simularan ser su familia, y ahora presenta a un empresario que dice a sus trabajadores que son su familia, también falsa.

Sí, es verdad, tienen algo en común, familiares, trabajadores… También es parecido el tono, con humor y comedia más a la vista, aunque ésta sea menos desabrida y tenga menos sátira que aquella. Pero también tiene algo en común con Los lunes al sol.

El humor aquí es bastante ácido…

…Sí, porque pasan cosas tremendas en la película. Muchas veces el humor sale del dolor. Y como en algunos grandes clásicos, como en El apartamento de Billy Wilder, este es el humor que mejor resiste el paso del tiempo, que más trasciende, que mejor viaja, porque no es cultural, depende de lo esencial, de quiénes somos, de situaciones en las que lo pasamos mal... Eso es muy claro en el personaje de Jose (el actor Óscar de la Fuente), que acampa enfrente de la fábrica en la que trabajó y de la que le han despedido. Es un personaje muy desesperado, hay mucho dolor en él, pero también hay algo cómico. Cuando rodábamos al personaje, tan solo, gritando: "El pueblo unido jamás será vencido", me dolía mucho. ¡Pero si no hay nadie detrás ayudándote!

La relación de los trabajadores entre ellos, la insolidaridad, ¿para usted es lo más doloroso?

Sí, dolorosísimo, porque no hay un tejido ahí de apoyo ni de solidaridad entre ellos. Está el vigilante que da algún tipo de cobertura al hombre que está acampado. Es el único capaz de empatizar con todo el mundo. Eso es importante y eso sí supone una diferencia grande con Los lunes al sol. Había una cosa que latía en aquella historia que es que al final esos personajes pertenecían a una clase, eran clase trabajadora, pertenecían a un sector naval, y eso hacía que en un momento de dificultad tuvieran más capacidad de resistencia, primero por el apoyo de los compañeros, pero también por su identidad. Tú sabes lo que eres, perteneces a esa clase, así te sientes y eso es un salvavidas.

Veinte años después ya no son así las cosas, ¿estamos mucho peor, como muestra en 'El buen patrón'?

Han pasado veinte años y esta historia transcurre en otro medio, donde aquello no existe, pero creo que es una representación de lo que sucede en muchos ámbitos, en el nuestro para empezar. Hoy no hay ese apoyo ante situaciones de despido, no hay esas redes, no hay ese tejido de solidaridad y eso hace que lo tengamos más difícil. Es casi lo contrario.

Hace veinte años 'Los lunes al sol', ahora esto, ¿dentro de unos años?

Hay una dinámica, hay una lógica, no es tan difícil. Por lo que ha pasado hasta ahora yo tengo la sensación de que el espacio de trabajo cada vez es más intrusivo en nuestra vida personal, que se intenta a veces poner límites, pero todo se va precarizando, y el empleo solo es algo con lo que obtienes un sueldo. Ese es un camino que creo que es difícil de modificar, creo que dentro de cinco, seis años las cosas en cuanto a la calidad de empleo van a ser peores. La dinámica que sustenta ese deterioro está ahí, está en el propio mercado. 

¿No es eso muy pesimista?

Es pesimista pero en la película está contado con humor. Creo que contarlo con humor es una manera de exorcizar la realidad, no solo de exponerlo sino también de reírte de ello. Como espectador, si estás en una situación así, pues hay algo de pequeña catarsis, de ver desde fuera lo que te está pasando, y eso seguro que tiene su valor. Pero sí, supongo que la película es realista, aunque el tono de la película tenga ese humor. 

Entonces, el tono de comedia no impide que se retraten unas relaciones laborales terribles, ¿era la intención última?

Sí. Quería hacer la descripción de un paisaje laboral muy tremendo, lleno de injusticias y de irregularidades y de poder, con relaciones de vasallaje, pero la intención era hacerlo con mucho humor. Un humor muy salvaje a veces, pero necesario para que sea soportable. Yo por lo menos a esta edad no me he sentido capaz de hacerlo de otra manera, desde el drama. Quizás Los lunes al sol sí era más un drama, aunque había también humor pero de otra manera, salía de otro sitio. Aquí sale de los personajes. Blanco es un personaje que hace gracia con su manera de intentar condicionar y manipular la vida de los que están alrededor de él en su propio beneficio. También él termina por ser víctima de sus propios manejos y al final es uno de los que padecen. El humor era necesario porque si no sería insoportable, el humor también es catártico, revolucionario y es una herramienta maravillosa de análisis y nos ayuda a entender mejor las cosas que nos pasan. 

El comienzo de la película no tiene nada de gracia y apunta que violencia y capitalismo van muy de la mano, ¿no?

Por eso, otra vez, también defiendo el humor, porque reírse de las cosas es una manera de conjurarlas, de derrotarlas. Por eso, si la gente que vive cosas parecidas, que es mucha me temo, al menos puede verlo ahí arriba en un escenario para ridiculizarlas es importante también. Eso está también en la propia dinámica del sistema, en la lógica de las cosas, eso de que se produzcan situaciones de injusticia, despidos… está ahí, forma parte del ADN de cómo funcionan las cosas. Me apetecía contarlo y hacerlo de esta manera. 

"Trabajas para mí, por tanto ya eres de mi propiedad", dice Blanco en una secuencia a una becaria…

Es una broma, pero en el fondo… Y está la broma de la báscula (sube a las becarias a la báscula) que es una referencia al esclavismo, lo dice de broma pero tiene un trasfondo claro. Es un entorno bastante masculino, tradicional y representa eso. Y los personajes femeninos en la película tienen un rol similar al de sus compañeros masculinos. A Liliana (Almudena Amor) Blanco la ve como alguien a quien va a poder manejar, pero se le vuelve en contra, es un personaje fuerte que tiene su propia agenda. 

¿Pero la idea de propiedad existe así hoy en el mundo laboral?

Es una idea más metafórica, cuando dispones del tiempo de los trabajadores y organizas su vida para que las cosas vayan bien, el rendimiento y la productividad sean mejor, pues en el fondo es eso, estás siendo casi su dueño. Es una manera de verbalizar algo que sucede en la rutina laboral. 

También hay un personaje que revela la existencia aún hoy de cierto servilismo, ¿cree que sigue existiendo de esta forma?

Sí, una relación como de señor feudal, con derechos adquiridos sobre algunos de sus trabajadores, en la película representado por el personaje de Fortuna (Celso Bugallo). Él siente que su familia siempre ha vivido y se ha alimentado gracias a esa otra familia, a los dueños de la fábrica, y siente un agradecimiento enorme. Es otro tipo de relación que es casi de vasallaje. Creo que esos comportamientos, las relaciones de vasallaje, siempre han estado ahí. En la medida en que se ejerce un poder siempre va a haber respuestas distintas y esa es una de ellas. Desde luego pasa, por eso he querido contarla. 

Más o menos despreciable, Blanco también es humano, ¿ha costado mucho dar es cualidad al personaje?

Javier Bardem, como el personaje del empresario de la película
Javier Bardem, como el personaje del empresario de la película. Mediapro

Ha sido un trabajo en escritura del guion y con Javier Bardem. Tienes que buscar las razones de todos los personajes aunque solo sea para cuestionarlas. Él expone sus razones también, cómo ve las cosas, lo que pasa es que las ve desde arriba, desde su despacho, una posición de privilegio, de altura. Pero es que el mundo tiene esa forma para él, tiene un equilibrio concreto que es el que él se ha construido y que eso se altere y se desequilibre no le gusta nada, no soporta perder el control sobre las cosas. Y por otra parte, queríamos construir un personaje que tuviera humor, cercanía, es un personaje carismático, hábil socialmente, un liante, un truhan, esos personajes despiertan mucha simpatía, siempre cae de pie, sabe salir de las situaciones más complicadas. Eso unido a que a veces es la primera víctima de sus manejos hace que se pueda empatizar con él. 

Pero siempre esperas que se quite la careta…

A lo largo de la película se va desenmascarando, intentando encontrar otra vez ese equilibrio va cruzando más y más líneas rojas, cada vez más extremas, va demasiado lejos.

¿Este tipo de empresarios son una clase de sociópatas?

Más bien creo que hay mucho cálculo detrás. No creo que sea una patología, creo que es cálculo e interés. Y cuando hay costumbre a tener siempre lo que quieres, en el caso de Blanco es un muy mal manejo de la frustración, toda la rabia aflora. Cuando uno está acostumbrado a que le digan que sí a todo, las negativas se llevan muy mal, pero eso es una cuestión de educación. Creo que es interesante porque el personaje también habla de cómo cualquiera puede llevar dentro algo parecido a él. Cuando tienes poder, cuando se te concede poder, vas y lo ejerces. Pasa también con los trabajadores intermedios, que ejercen el poder con los trabajadores que tienen debajo. Quería apelar a lo que cada uno de nosotros podamos tener de eso. Hay algo de llamada de atención.

¿Ha habido algún o algunos empresarios de referencia?

¡Es una mezcla de tantos! Creo que todos nos hemos visto en esa situación en la que hemos pensado "qué peligro tiene esto, ¿en qué momento me cortan la cabeza?".

Contar la historia desde una fábrica familiar en una ciudad de provincias ¿la hacía más universal?

Reducirlo a una capital pequeña es una forma de ampliarlo, sí, es una manera de hacerlo más universal, de contar algo que aunque sucede en un espacio más local, tenga una lectura más universal y hable de cosas que pasan en éste y en otros países. Esa fábrica es como un pequeño microcosmos y esas relaciones laborales con el patrón y entre ellos al ubicarlas en ese espacio hacen que te sientas localizado. La ciudad podría ser cualquiera, de hecho no se dice nunca, incluso el coche de policía es inventado, porque quería que a todo el mundo le resonara, que se entendiera como una especie de metáfora de representación de lo que sucede en un mercado laboral más amplio. Además, Blanco en una ciudad más grande no habría tenido poder y en una ciudad pequeña es un pequeño poder fáctico, puede hablar con el alcalde, llamar al periódico local… esos poderes también, la prensa, los políticos están representados en la película.

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