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El cineasta Xavier Legrand disecciona la herencia machista y la vergüenza de género en 'El sucesor'

Thriller con elementos de terror, la historia denuncia el "aplastante peso" del patriarcado que también sufren los hombres. La película está protagonizada por Marc-André Grondin e inspirada en la novela de Alexandre Postel.

Marc-André Grondin es el actor protagonista de la película.
Marc-André Grondin es el actor protagonista de la película. BTeam Pictures

El patriarcado, el machismo y la violencia machista son letales para las mujeres, pero también son una oscura amenaza para los hombres. Es un legado maldito que ha pasado de padres a hijos a lo largo de la historia. "El patriarcado también aplasta a los hombres. ¿Cómo es posible que los hombres sean también su peor enemigo?". El cineasta Xavier Legrand se pregunta por las consecuencias de esta herencia y reflexiona acerca de la vergüenza de género en El sucesor.

Narrada con las herramientas del thriller y con algún elemento del terror, la película presenta a un hombre, Ellias Barnès, recién elegido director artístico de una prestigiosa casa de moda de París. Ante una inminente presentación de la marca comienza a tener dolores en el pecho. Al mismo tiempo, le llaman desde Montreal para anunciarle la muerte de su padre. En Canadá, donde prepara el funeral, descubre que tal vez lo que ha heredado es mucho peor que una dolencia cardiaca.

La violencia de los hombres

Inspirada en la novela La ascendencia (Nørdica Libros), de Alexandre Postel, la película avanza por un territorio muy oscuro, en el que un hombre joven, en un ambiente profesional y vital aparentemente ajeno a las prácticas violentas del machismo, empieza a sospechar que posiblemente en su ADN haya algo terrible de lo que ha descubierto en el monstruo de su padre.

"Las consecuencias de la herencia machista. Ese es el motor para esta historia. Se trata de mostrar un retrato del patriarcado y advertir de que es una amenaza, una violenta amenaza también para los hijos, para los hermanos… porque, naturalmente, siempre se habla de la violencia hacia las mujeres. Yo mismo en la película anterior (Custodia compartida) insistía en ello, pero es una expresión, digamos, un poco escasa, porque realmente nunca se habla del otro tema principal que es el hombre, es la violencia de los hombres, que son responsables de ella y que también les toca profundamente", explica Xavier Legrand.

"El alma masculina"

Aquí, Ellias Barnès, interpretado por el actor canadiense Marc-André Grondin, es un hombre y un hijo que primero se queda en shock para después atravesar la vergüenza y sus silencios. También para preguntarse a sí mismo si él es realmente como siempre ha creído ser o habrá recibido un legado de violencia y maltrato que reproducirá en algún momento.

El cineasta Xavier Legrand.
El cineasta Xavier Legrand. Jorge Fuembuena / Festival de San Sebastián

"El momento reptiliano, esa alma masculina, está en este personaje, aun siendo un hombre que trabaja en la moda en alta costura, un mundo aparentemente fuera del machismo. Lo cierto es que nos vemos obligados a aceptar esas herencias y a vivir con ellas. No hay nada genético, me parece que es una cosa más asociada a lo simbólico, al oráculo, al destino —dice Xavier Legrand—. Hoy, creo que, si hablamos de violencia, hay gente que escoge esas violencias y otra gente que las rechaza. El hecho de haber sido agredido o haber vivido con alguien violento no significa que tú escojas la violencia. Puedes no escogerla".

Una paralizante vergüenza

En cuanto a la vergüenza que siente el personaje, una profunda y paralizante vergüenza, el cineasta confiesa que es un sentimiento universal. "A mí no me avergüenza ser un hombre, pero sí me siento muy mal por ser un hombre en nuestra sociedad de hoy en día. Me molesta que las mujeres ganen menos que nosotros, por ejemplo. También me molesta el comportamiento y el silencio de los hombres, sobre todo de los más jóvenes", reflexiona el director.

"¿Por qué los hombres no hablan más? ¿Por qué no intentan cambiar las cosas? Tal vez la solución fuera que se bajara el salario de los hombres al nivel del de las mujeres, igual entonces hablarían", dice Legrand, que no repite este "tal vez" cuando afirma: "Igual que violencia genera violencia, silencio y complicidad también generan violencia".

El personaje, en una secuencia del inicio de la película.
El personaje, en una secuencia del inicio de la película. BTeam Pictures

Complicidad y silencio

El sucesor, que se presentó a competición en la pasada edición del Festival de San Sebastián, es una película que mantiene la tensión en el espectador, al que el cineasta apela desde esta historia. "Los hombres no hablan de todo esto porque les va bien, pero también por no revolver las temáticas de la vergüenza. Creo que hay un malestar y hemos creado una especie de complicidad entre padre, hijos y hermanos. Cuando alguien es acusado de algo, el entorno se calla, todo el mundo se calla", afirma. 

Además, explica que esta realidad está subrayada en la película a través del padre de la víctima, el mejor amigo de ese otro hombre malvado. "Eso está hecho así para que el espectador entienda que a menudo los hombres son cómplices", matiza Xavier Legrand.

"Jamás se puede justificar la violencia machista por el hecho de ser una herencia recibida de una forma involuntaria, nunca, pero al menos se puede explicar, se puede dar pistas para entenderla", concluye Xavier Legrand.

El autor, se inspiró en personajes clave de las tragedias griegas para dar vida a Ellias Barnès. "Me fijé en figuras trágicas como Edipo, Orestes, Ícaro o Hamlet. Lo que todas tienen en común es que, cada una a su manera, intentan encontrar una forma de sanación, lo que las lleva fatalmente al desastre, ¡tan aplastante es el peso del patriarcado!"

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