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Rock in Rio se pone duro

Rage Against the Machine desembarca esta noche en Arganda del Rey y abre un debate sobre si es coherente que una banda que se proclama anticapitalista actúe en el llamado hipermercado del rock

JESÚS MIGUEL MARCOS

'Más que Rock in Rio, a esto se le tendría que llamar Pop in Rio', decía Aurora, una granadina de 18 años, el pasado viernes en la monumental Ciudad del Rock de Arganda del Rey (Madrid). Si el primer fin de semana del festival estuvo marcado por los sonidos blandos (salvando conciertos bastante brutos como el de Calle 13), la jornada de hoy y la del lunes están claramente enfocadas al rock más contundente.

Metallica, Motörhead y Jane's Addiction son los grandes nombres de la segunda parte de Rock in Rio, pero sobre todo destaca la presencia, esta noche, de los californianos Rage Against the Machine. Nada parece detener al Rock in Rio: un festival que el pasado fin de semana logró vender 15.000 menús Whopper y 13.300 kebabs, ¿no iba a poder contratar a uno de los grupos antisistema más relevantes de los últimos 20 años? En la Ciudad del Rock, todo es posible.

La participación de Rage Against the Machine en Rock in Rio ha levantado la polémica: ¿Un grupo de marcada ideología anticapitalista actuando en el que se ha denominado 'hipermercado del rock'? Numerosos fans pusieron en tela de juicio al grupo a través de Internet e incluso se llegó a formar un grupo en Facebook, Rock against the Rio, en el que se pedía a la banda que suspendiera su actuación en el certamen madrileño.

'No es coherente con su mensaje. Esto es (y más en un grupo con una carga ideológica tan fuerte como Rage Against the Machine), como mínimo, criticable', responde a Público Arturo Ramírez, el creador del foro en la red social. Ramírez se animó a promover esta queja después de que la pasada Navidad el grupo californiano apoyara un grupo en Facebook para desbancar del número uno de las listas británicas a uno de los participantes en X-Factor, el Operación Triunfo inglés. 'Pensé que podría resultar eficaz a la hora de hacerles llegar nuestra opinión. Estuve en el Rock in Rio hace un par de años y su apuesta por el merchandising y el negocio por encima de la música me decepcionó profundamente. No es el sitio que elegiría para ver a Rage Against the Machine, ni a ningún otro grupo', sostiene Ramírez.

Finalmente, su estrategia no funcionó y el grupo de Zack de la Rocha y Tom Morello se subirá esta noche al mastodóntico Escenario Mundo del festival. Sin embargo, Ramírez no es el único que ve una contradicción en la participación de la banda californiana en Rock in Rio. El cantante vasco Fermin Muguruza, otro artista muy activo políticamente en la misma línea que Rage Against the Machine, también muestra su desconcierto ante su presencia en Rock in Rio. '¿Estrellas rojas, uniformes de Guantánamo, la Internacional, el Che Guevara, Killing in the name y puños cerrados en el Festival Rock in Rio? Una vez más, la economía de mercado gana y nosotros perdemos, sí, todos los ilusos que nos creíamos a Rage Against The Machine', dice Muguruza.

El cantante vasco conoció a Zack de la Rocha hace dos años, cuando la banda actuó en el Getafe Electric. En aquella ocasión, De la Rocha le dijo que iba a reactivar su proyecto personal, One Day As A Lion, un nombre recogido de una famosa frase revolucionaria de los setenta: 'It's better to live one day as a lion, than a thousand years as a lamb' ('Es mejor vivir un día como un león que mil años como un cordero'). 'En Rock in Rio, sólo veremos una autoparodia de lo que fueron. La banda sonará atronadora, el planteamiento estético será impecable, pero el discurso quedará completamente vacío', lamenta Muguruza.

César Strawberry, cantante de Def Con Dos, otro grupo español abonado a la subversión y a lo políticamente incorrecto, ya tenía una mirada bastante escéptica sobre la banda norteamericana: 'Musicalmente son imprescindibles, pero de ahí a tragarte el panfleto que venden hay un abismo. Si tienes demasiado éxito, es difícil mantener el compromiso. Rage Against the Machine es un grupo muy comercial, de la MTV'.

Los californianos son uno de los grupos de referencia del rapero sevillano Tote King, que apoya la actuación de la banda en Rock in Rio: 'Lo veo completamente coherente. Ganar dinero y ser de izquierdas son dos cosas distintas. Sus letras son revolucionarias y en algunos casos bastante radicales, sobre todo cuando hablan de las guerrillas, pero no se contradicen cuando van a un festival. Tan sólo están haciendo su trabajo'.

Más criticable para el rapero andaluz es que el grupo lleve más de una década sin publicar material nuevo. 'Eso me parece más preocupante -explica Tote King-; 'seguir tocando las canciones de siempre es un insulto a nivel social y para ti mismo. Yo me considero un obrero, un currante, y estos no curran nada. Me parece triste y lamentable que no hagan canciones'.

Lo mismo opina Fermín Muguruza: 'Cuando una banda, pasado un tiempo de haber desaparecido, decide volver a juntarse, el motivo por el que regresa a los escenarios es siempre susceptible de sospecha de querer pasar por caja y punto. En el caso de Rage, es más doloroso'.

Lejos quedan los días en los que el grupo donaba toda la recaudación de un concierto al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, como hizo en la sala Revólver de Madrid en 1996.

Rage Against the Machine ha demostrado muchas veces que su obra va más allá de lo estrictamente musical.  

Revolución

Rage Against the Machine se ha definido como un grupo político de izquierdas, por eso algunos seguidores criticaron que firmara con una multinacional. El guitarrista Tom Morello respondió que 'es genial tocar en un lugar abandonado y que está ocupado ilegalmente por anarquistas, pero también es genial ser capaz de alcanzar a las personas con un mensaje revolucionario'.

Protesta

Las canciones del grupo critican el sistema capitalista, la explotación del trabajador, la voracidad de los poderosos y todo tipo de injusticias sociales. Los miembros de la banda han llevado a la acción sus protestas en varias ocasiones. En 1997, Tom Morello fue detenido junto a una treintena de personas más por bloquear la entrada de un centro comercial.

Provocación

Sus actuaciones han estado marcadas por la provocación y la denuncia. Sin ir más lejos, en su último concierto en Madrid, aparecieron vestidos como los presos de Guantánamo (con un mono de color naranja y una funda en la cabeza). En el pasado eran todavía más radicales: en el Festival Loolapallooza en 1993, los cuatro miembros de la banda estuvieron 15 minutos desnudos sobre el escenario y sin tocar en protesta contra el PMRC, un comité para regular letras polémicas en la música. 

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