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Stephen Hawking y la ciencia de los sentimientos

Eddie Redmayne se alzó con el Globo de Oro al Mejor Actor Dramático por su interpretación de Stephen Hawking en 'La teoría del todo', película que se centra en la aventura vital de superación frente a la enfermedad y en el primer matrimonio del genial científico.

Imagen de la película 'La teoría del todo'.

BEGOÑA PIÑA

MADRID.- Eddie Redmayne se alzó en la madrugada del pasado domingo con el Globo de Oro al Mejor Actor Dramático. Ninguna sorpresa. Pocas cosas hay, si es que hay alguna, que guste más a los 'jurados’ de cine que un intérprete enfrentado a una discapacidad física severa. En esta ocasión, la desgraciada enfermedad que padece el genial científico Stephen Hawking, un trastorno motoneuronal relacionado con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), se convertía en un puente de plata para el actor, que fascinó a los miembros de la prensa extranjera en Hollywood. Dicen que estos premios anticipan los Oscar y, aunque no siempre es así, el caso de Redmayne en La teoría del todo podría confirmar la regla.

El reconocimiento para Eddie Redmayne, magnífico realmente en esta interpretación, podría entenderse también como una manera de rendir tributo a Hawking no solo por su inmenso talento científico, sino también por su notable trabajo como divulgador y por su excelente disposición siempre con el cine y la televisión. Sin embargo, lo de menos en la nueva película de James Marsh (ganador del Oscar al Mejor Documental por Man on Wire) es que se cuente una parte de la vida de uno de los cerebros más privilegiados de la historia de la ciencia. El filme, basado en las memorias de Jane Hawking, primera esposa del astrofísico, es –una vez más- un relato de superación, uno de los subgéneros preferidos de la comunidad cinematográfica actual.

Lo que más vale en el cine

Con Felicity Jones en el papel de Jane Hawking –personaje descaradamente ensalzado en el filme-, la película recorre los años de universidad de Hawking: el enamoramiento, el diagnóstico médico, su matrimonio y el deterioro físico, y, a pesar de éste, el constante estudio académico. Estudio del que han nacido algunas de las teorías más relevantes de la historia para explicar, ni más ni menos, el origen del Universo y las relaciones de espacio-tiempo. Tesis que, sin embargo, pierden en esta película todo su poder frente a la asombrosa y admirable, sin duda, batalla del hombre contra la enfermedad y al –omnipresente e imbatible en el cine, ya se sabe- poder del amor.

Las declaraciones de Hawking sobre la vida y la enfermedad -“La vida es maravillosa y ¡hay tantas cosas por hacer!”, “No puedes permitirte estar discapacitado en espíritu a la vez que físicamente”…- dan mucho más juego en esta película que las palabras que ha pronunciado este genio y han cambiado la concepción del cosmos. Su reciente afirmación “la Inteligencia Artificial puede ser el peor error de la humanidad” o la no tan actual, pero igualmente poderosa de que “el Universo no ha necesitado ninguna ayuda divina para estallar y comenzar su existencia”, desde luego, no conmueven igual al mundo del espectáculo.

Sea más o menos almibarada la visión de la vida de Stephen Hawking que se ofrece en La teoría del todo, lo cierto es que ésta le ha gustado al físico que, dicen, soltó una lagrimita cuando vio a Eddie Redmayne interpretándole. También cuentan, por cierto, que no perdió la oportunidad de intentar ligar con Felicity Jones el día que acudió de visita al rodaje de la película. “Estaba muy nervioso. No hacía más que divagar mientras hablaba con él. Fue bastante vergonzoso", recuerda el actor, que explica que cuando apareció su compañera de reparto “la temperatura subió repentinamente. Stephen se puso a coquetear con ella. Es un profesional".

Icono de la cultura popular

Un profesional de la seducción y un experto delante y detrás de las cámaras. Hawking, además de autor de varias obras de divulgación esenciales -Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros (1988), El gran diseño (2010)…- ha participado en la creación de grandes películas y series documentales, como Los secretos del Universo (BBC), Una breve historia del tiempo, El universo de Stephen Hawking, La paradoja de Hawking, Maestros de la ciencia ficción, En el Universo con Stephen Hawking… Y, finalmente, se ha convertido en un personaje habitual, al menos, en televisión.

Presentador de ¿Dios creó realmente el Universo?, primer episodio de la serie documental Curiosity, en el que el físico explicaba por qué creer en la existencia de un dios creador del Universo era un ejercicio erróneo, Stephen Hawking ha aprovechado el mundo de la ficción para revelar otro de sus innegables talentos, un notable sentido del humor. Coprotagonista con el personaje de Sheldon Cooper en un divertidísimo capítulo de la popular serie The Big Bang Theory, donde ha prestado su voz para otros episodios, se ha interpretado a sí mismo varias veces en Los Simpson y en Futurama, y ha aparecido, en forma de holograma, jugando al póker con Newton, Einstein y Data, en Star Trek: The Next Generation. En aquel rodaje se negó a abandonar el plató sin sentarse antes en la mítica silla del capitán Picard.

Ahora le ha pasado el testigo a Eddie Redmayne, que se transforma en Hawking para el cine. Antes que él, hace diez años, Benedict Cumberbatch, uno de los competidores en estos Globos de Oro, interpretó al científico en una producción de la BBC titulada Hawking, en la que se contaban también los primeros años de éste en la Universidad de Cambridge. Como personaje apareció en Stargate Atlantis, en un capítulo de la quinta temporada en el que algunos físicos estaban invitados a presenciar una demostración científica. El actor Robert Joy fue Hawking en Superhero Movie, película que parodia a Superman…

La teoría del todo tal vez no rinda el homenaje merecido al genial cerebro de este cosmólogo, pero, al menos, rescata su figura una vez más para el cine, un medio que en manos de Hawking es otra manera de jugar con el tiempo.

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