Público
Público

El Sundance español apuesta por el cine político

La apocalíptica 'Take Shelter' abre una muestra cargada de cintas sobre las convulsiones sociales

SARA BRITO

El Festival de Cine de Gijón inauguró ayer una 49 edición que viene marcada por un cine de alto contenido político. La encargada fue Take Shelter, que se suma a la corriente de filmes de cariz apocalíptico del cine reciente, que nos ponen frente a la amenaza de una catástrofe, real o metafórica, pero presente más que nunca en la forma de crisis y profecías del fin del mundo.

Take Shelter, del guionista Jeff Nichols, llega a Gijón tras hacerse con el gran premio de la Semana de la Crítica de Cannes. La película, que se mueve entre el thriller, el cine de terror y el drama sobre la locura, cuenta la historia de un padre de familia que empieza a experimentar visiones de catástrofes apocalípticas, y decide construir un refugio en el patio trasero. Take Shelter sirve así de introducción a un estado de ánimo que estará presente en el festival: el de un cine que capta la ansiedad contemporánea, que se cuestiona su entorno, y que plantea preguntas sobre cómo habita el hombre un mundo que, según muchos, se va al garete.

Jafar Panahi, el cineasta iraní condenado a seis años de prisión y 20 de inhabilitación cinematográfica por el régimen de los ayatolás, estará presente con Esto no es una película título que juega al engaño irónico con la censura iraní, y en el que cuenta desde el salón de su casa, donde permanecía arrestado, las películas que imagina podría hacer si fuera libre en su país. Un diario íntimo, amargo que es también resistencia política.

El estreno de la última película de Nicolas Klotz y Elisabeth Percival, autores de la rotunda La cuestión humana, donde planteaban la delgada línea entre el nazismo y la deshumanización de las corporaciones empresariales, se enmarca dentro de lo más prometedor del Festival. En Low Life cuentan una historia de amor entre dos jóvenes del movimiento okupa de París, que ven su relación en peligro cuando el Gobierno expulsa a uno de ellos, de origen afgano.

Pero quizás la denuncia más frontal venga del polémico documental Vuelo especial, de Fernand Melgar, hijo de sindicalistas españoles exiliados, que muestra los procedimientos del Estado suizo para deportar a inmigrantes, internándose en el centro de detención de Frambois. Está en el punto de mira del Gobierno suizo y ha sido censurada para su exhibición en colegios.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?