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El largo y extremo viaje de Peter Weir

El australiano regresa a la dirección con 'Camino a la libertad', un filme sobre la épica huida de unos presos de un gulag

SARA BRITO

Cada película de Peter Weir es para muchos cinéfilos un acontecimiento raro. Camino a la libertad no es una excepción. El director de Último testigo (1985) o El show de Truman (1998) no se prodiga en la gran pantalla y desde Master & Commander (2003) no se ponía detrás de la cámara. 'No hago más cine muy a mi pesar', reconocía el director en un tono donde dejaba entrever cierta ironía. 'Pero si escojo un filme es por la historia y también por algún misterio que pone frente a mí. Para mí el cine es, como decía Bergman, una flecha que lanzas en el bosque y que tienes que ir a recoger', argumentó ayeren una entrevista con Público.

El australiano sabe que no son buenos tiempos para el cine en Hollywood. 'No me considero un lobo solitario. Pero es preocupante cómo el cine infantil y de superhéroes va arrinconando a las películas para adultos. Esperoque no terminen desapareciendo', dijo.

Peter Weir no dirigía un filme desde Master & Commander'

Camino a la libertad, que se estrenará el 5 de enero, tiene muchos de los elementos que han interesado a Weir a lo largo de los años: la necesidad de salir de un ambiente claustrofóbico, que exploró en Picnic en Hanging Rock o El show de Truman; el choque entre culturas, que estaba en El año que vivimos peligrosamente o Ultimo testigo, y la confrontación del hombre con la naturaleza de Master & Commander.

En este caso, la película relata la épica caminata que realizó un grupo de presos de un gulag soviético a través de Siberia, el desierto de Mongolia y el Himalaya. Un camino a la libertad en donde el enemigo, más que los soviéticos o los propios miembros del heterodoxo grupo, es una naturaleza dura e implacable que los lleva a experimentar los límites de la resistencia humana. 'Weir es el director perfecto para contar esta historia por su minuciosidad y su dedicación a los actores', reconocía ayer Ed Harris, que forma parte de un extraordinario reparto que tuvo que enfrentarse a múltiples retos físicos en el rodaje.

'No me considero un lobo solitario', reconocióel director

Basada en la historia de Slavomir Rawicz La increíble caminata, la novela estuvo hace años en el centro de una polémica por la que se aseguraba que el autor polaco no hizo nunca el viaje que relataba en primera persona. Pero ni a Weir, ni a ninguno de los actores, entre los que están además de Harris, Jim Sturgess y Colin Farrell, parece importarles.

Amante de los libros de Historia y de las aventuras de Jack London, el director quiso hablar de un régimen, el soviético, que no ha sido contado como el nazismo. 'Ahora bien, me interesaba sobre todo la historia de unos seres humanos enfrentados a unas condiciones severas', puntualizó.

Después de una primera mitad desafiante, que corresponde con el encierro en el gulag y el duro invierno siberiano, la película se va arrimando hacia el catálogo de paisajes extremos, donde la falta de conflictos y profundidad en la relación entre los personajes empieza a pesar.

Weir lo justifica aludiendo a 'la falta de fuerzas físicas de los personajes por el desgaste del viaje'. Sin embargo, llegado un punto, uno no puede más que recordar que en los títulos de crédito la productora era National Geographic.

 

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