Público
Público

Contador se asegura otra 'maglia' rosa

El líder llega a la etapa final del Giro con holgura

GONZALO CABEZA

La contrarreloj de hoy servirá para dar los últimos retoques a la pintura, colocar en sus puestos a todos los corredores que han llegado a Milán. Lo esencial hace días que se intuye. Contador será el campeón y ganará así su segundo Giro de Italia salvo catástrofe de última hora. En las últimas tres semanas ha estado demostrando a sus rivales que es el ciclista más fuerte.

Su situación, con las sospechas encima, no es sencilla. Dio positivo en el Tour por clembuterol y fue exculpado por la Federación Española de Ciclismo, pero la AMA mantiene su investigación sobre el tema y podría condenarle después del Tour. Contador ha utilizado este Giro para que se hable de algo más que de su proceso legal. Según su director, Riis, también estará en el Tour. 'No hay ninguna razón para no llevarle', reflexionaba el danés.

La etapa de ayer no era fácil. Estaba pensada para decidir el Giro, pero Contador no ha dejado que se llegue a esa posibilidad. Fue un día de montaña, con una fuerte subida cerca del final en el alto de Fisterre, un puerto terroso y escarpado. El de Pinto lo subió pegado a Scarponi y Nibali, los dos hombres llamados a acompañarle hoy en el podio. Cuando el primero demarró, intentando picar algunos segundos de ventaja para la contrarreloj de hoy, el español salió tras él. Ni una concesión a los perseguidores, Contador les corta las alas cuando aún están haciendo el ademán de salir.

'Me voy a tomar la contrarreloj con tranquilidad'

Mal se le tienen que dar las cosas para perder los cinco minutos y 18 segundos que tiene sobre Scarponi y los 6'14'' ante Nibali, en sólo 26 kilómetros. La superioridad de Contador es tanta que hoy no tendrá que arriesgar. 'Me voy a tomar la contrarreloj con tranquilidad. Quiero disfrutar de la victoria', comentó.

Por delante del control de Contador, Kiryienka, corredor del Movistar, pedaleaba la etapa. El bielorruso se escapó del grupo a 200 kilómetros, cuando la meta era aún una lejana quimera. Iba bien de piernas y no le asustó estar solo en los últimos 40 kilómetros. Al cruzar la meta tenía muy claro el gesto a realizar. Xabi Tondo, fallecido el lunes, era su compañero de equipo. Kiryienka se señaló el maillot y poco a poco fue elevando los dedos hasta el cielo. Una victoria con mensaje.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?