Nadia Nadim, refugiada afgana, se ha convertido en una reconocida futbolista de Dinamarca. Ahora, tras varios años de formación, ha cumplido su otro sueño: graduarse en la carrera de medicina.

Nadim nació y pasó parte de su infancia en Afganistán hasta que, a los 11 años, su familia tuvo que abandonar el país después de que su padre, un general del Ejército Nacional Afgano, fuera ejecutado por los talibanes en el año 2000. 

Pudieron salir del país de incógnito gracias a unas rutas de contrabando conectadas con Pakistán. Cruzaron la frontera en la parte trasera de un camión y vivieron en el país vecino durante unos meses hasta que pudieron volar a Italia. 

Desde allí, según cuenta la futbolista, los subieron a una camioneta y, de alguna manera, terminaron en un campo de refugiados en Dinamarca, donde pasaron nueve largos y duros meses. 

Fue precisamente en ese tiempo cuando Nadia vio por primera vez a mujeres practicando deportes y otras profesiones y tareas que hasta entonces sólo había visto desempeñar a hombres. Bajo el gobierno de los talibanes, que una mujer realice según qué actividades puede interpretarse como un acto de desafío.

Jugando en diferentes clubes daneses, logró ser convocada para la selección nacional en 2009, donde ha sido titular en 99 ocasiones. Además, ha jugado para algunos de los mejores equipos del mundo, incluidos el Manchester City, el Paris Saint-Germain, el Portland Thorns y ahora el Racing Louisville FC. Nadim ha marcado la friolera de 200 goles durante su carrera futbolística.

Así, la joven afgana cumplió uno de sus mayores sueños, el de convertirse en futbolista profesional; pero aún le quedaba pendiente hacer realidad su otra vocación: la medicina. Un reto que también superó el mes pasado tras graduarse por la Universidad de Aarhus en Dinamarca con un título de médico, después de cinco años estudiando compaginándolo con su carrera futbolística, en la especialidad de cirugía reconstructiva.