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Federer gana el Masters de Madrid a Nadal

El suizo se venga del espanol en la final del Masters 1000 de Madrid y le vence por 6-4 y 6-4

GONZALO CABEZA

Como en el cuento de Pedro y el lobo, Nadal había pasado una semana advirtiendo de los peligros que el torneo le guardaba. La altura, la cantidad de pegadores del circuito, las fechas ... También callaba algunas cuestiones como el cansancio acumulado. Los corrillos barruntaban una derrota del número uno, algo que en tierra siempre parece imposible, por mucho que el protagonista se afane en comentar que él no es imbatible en arcilla.

Cuando saltó a la pista Nadal ya había hecho casi todo lo que le podía pedir Madrid. Ganó a Verdasco, con sufrimiento, y entregó a la Caja sus cuatro horas más mágicas, las que lidió contra Djokovic. El listón estaba colocado casi en el infinito tras esa tarde de semifinales, pero las expectativas no pudieron cumplirse. El encuentro ante Federer no sólo fue menos intenso, con un tenis no tan cuidado, sino que, además, fue la derrota del ídolo. Hasta tal punto quiere Madrid a Nadal que Federer, en la entrega de premios, pidió perdón por haber frustrado el climax a los aficionados.

En esta ocasión no hubo espacio para la épica más allá de algún punto de rabia buscando una remontada que nunca cristalizó. El partido mostró algún rastro de resurrección en Federer, que llevaba sin ganar un torneo desde Basilea el pasado octubre. Ha cambiado mucho desde entonces la vida del suizo. Entre un torneo y otro, Roger se ha casado y espera un hijo. En este camino, que el suizo ha hecho sin entrenador por voluntad propia, ha tenido que aprender a cubrir su revés para ser más eficiente. No es lo único que ha tenido que afinar para ganar en Madrid y salir del diván. El suizo, que es un excelso sacador, había pasado rachas de inconsistencia en el servicio, con picos altos, sí, pero también rupturas fáciles por parte de sus rivales. Ayer, además, se alió con la altura de Madrid para poder jugar con saque y volea, su estilo favorito.

El peso que tenía encima era grande. En los últimos meses se había acostumbrado a perder con Djokovic, Murray y Nadal, lo que suponía un riesgo para su posición de privilegio en el tenis mundial. La victoria en Madrid, como la de Hamburgo -su última ante Nadal- hace un par de temporadas, le devuelve curriculum de cara a Roland Garros. Las dos veces que ha perdido Nadal con Federer en tierra se han dado en circunstancias similares: en el último torneo antes de París y tras haber estado perfecto Nadal en los pasos previos. En 2007, el duelo en París parecía haber recobrado fuerza gracias a esa última victoria del suizo, el desenlace fue el de siempre: victoria de Nadal.

El español reconoció tras el partido que sus posibilidades siempre fueron cortas. 'Ha sido mejor', comentaba antes de ahondar en que las condiciones de la pista beneficiaban a su rival. El balear no se vio capaz de sacar 'ninguna conclusión positiva' sobre la derrota, pero también recordó que las condiciones en París son diferentes, más adaptadas a su juego que al del suizo.

Federer salió de la pista contento, como si hubiese roto con un gran peso que acarreaba a sus espaldas. 'Fue perfecto. Pareció, incluso, una victoria más cómoda de lo que fue realmente', aseguró el número dos.

Safina, la número uno femenina, sí que hizo buenos los pronósticos. Su juego virulento fue demasiado para Wozniacki, que corría y corría sin hacer pasar apuros a la rusa, que está en estado de gracia desde que se encaramó en el número uno. La cita de París es para ella aún más importante ya que tiene que refrendar en un grande su cetro mundial.

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