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La hora de Contador

La contrarreloj de Burdeos, decisiva para que el español gane su tercera ronda francesa. Las de años previos apuntan que Schleck, un escalador, puede perder este sábado más de un minuto en los 52 kilómetros

IGNACIO ROMO

Fin al Tour de la amistad. Una de las ediciones más extrañas de la carrera francesa, una Grande Boucle, que se ha convertido en una gran representación, se decide esta tarde en Burdeos. Un Tour donde las etapas se regalan, los ataques son demasiado tímidos y los debates superan a la competición en veracidad, profundidad e interés. Hasta la victoria en el sprint de hoy —una etapa sin sal ni pimienta— pareció caerle regalada a Cavendish, como si nadie quisiera tomarse la molestia de intentar arrebatársela.

Andy Schleck es un escalador de libro. Y un contrarrelojista débil. No lo saquen de los grandes puertos porque su rendimiento se resiente igual que sucede con el de un vallista cuando se le hace correr cien metros lisos. Necesita las pendientes, los grandes porcentajes para expresar su potencial físico. Este sábado se enfrenta a un test demasiado difícil para intentar ganar el Tour. 52 kilómetros de terreno ondulado pero sin subidas. Medirá sus fuerzas contra el reloj frente a Alberto Contador. Y encima, con una desventaja de ocho segundos.

En el deporte la historia no siempre se repite pero al menos es una gran referencia. Basta con tirar de archivo. El año pasado el Tour escenificó su contrarreloj larga en Annecy, sobre 40 kilómetros. Ganó Contador, con una diferencia de 1:45 sobre Schleck. Y en 2008 su rendimiento había sido aún peor: en la primera contrarreloj, de sólo 29 kilómetros, el luxemburgués perdió 1:29. En la segunda, muy similar a la de hoy (53 kilómetros), perdió 4:02 respecto al ganador, Schumacher.

Contador no debe tener problemas para mantener su maillot amarillo. Todo indica que el de Pinto debe aventajar este sábado al pequeño de los Schleck en más de un minuto. La única esperanza del luxemburgués sería la de su progresión: si en 2008 perdía cuatro minutos y en 2009 redujo esa diferencia a la mitad, todo apunta a una mejoría en su aerodinámica. Pero Contador puede decir lo mismo. El de Astana trabaja de forma periódica en el túnel del viento y progresa cada año en la lucha contra el crono. La etapa durará algo más de una hora. En 2008 Stefan Schumacher ganó la contrarreloj de 53 kilómetros con un crono de 1h03:50. Este sábado hay un kilómetro menos.

La lucha por el podio también se ventila en Burdeos. Samuel Sánchez, tercero en la general, aventaja en 21 segundos a Menchov. Una renta que se antoja demasiado corta. Hace dos años, la última vez que ambos se enfrentaron en una contrarreloj del Tour, el ruso distanció en 1:19 al asturiano. La otra lucha del día estará entre el Joaquim Rodríguez y Gesink. El español intentará limar los 22 segundos que le separan del holandés y ascender a la sexta plaza.

El recorrido de la etapa es espectacular. La salida de Burdeos se hace bordeando algunos de los viñedos más bellos de la zona. Aparte de Contador se barajan otros nombres para la victoria. El terreno parece propicio para Cancellara, pero después de tres semanas —el suizo está a tres horas en la general— su rendimiento ya es una incógnita. Las condiciones de Wiggins también se adaptan al terreno.

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