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El Levante se deja la Copa en el descuento

El Valencia gana 4-1 en una noche de muchas patadas y tarjetas

ALBERTO CABELLO

Escondido en la rotación de Emery andaba Pablo Hernández, un futbolista de esos que catalogarían los críticos musicales como un cantante que ofreció lo mejor en su primera etapa. En aquella convocatoria para la primera gran competición de Vicente del Bosque apareció el extremo valencianista para disputar la Copa Confederación. Luego nada más se supo.

Sin la confianza máxima de Emery, araña minutos de aquí y de allá para no perder comba de la rotación principal del equipo. La Copa es el domingo de los futbolistas que no rascan demasiada bola en Liga. Por eso, Pablo parece dispuesto a agarrarse a esta competición para coger otra vez cuerpo dentro de la plantilla.

Fue el elemento diferenciador de un partido en el que el Levante sólo mostró a ratos esa imagen deslumbrante que ofrece los fines de semana. Salió con buena intención el equipo granota, pero le dejó espacio a sus vecinos para explotar el juego a la contra y por bandas. Piatti y Pablo se repartieron casi todas las llegadas peligrosas de su equipo.

Fue lo mejor de una noche en el ring. La segunda parte fue una pelea de bandas callejeras en el que en cada encontronazo había jaleo. El árbitro se hartó a sacar tarjetas, pero ni aun así fue capaz de parar esa pelea tan fea.

Empezó bien el Valencia. Lo único que le faltaba era algo de precisión en el pase. Soldado está que pelea toda las pelotas, parece no querer desa-provechar ni una centésima de segundo de ese estado de forma tan sublime del que goza. Los delanteros saben que la oscuridad llega cuando menos se espera y, por tanto, hay que disfrutar de la luz todo lo que sea posible.

Peleó el delantero una salida de balón de la defensa levantina. Su empeño valió un gol. Fabricó con un rechace una contra perfecta para que Pablo encontrara el inteligente desmarque de Jonas. Es evidente que Soldado lleva desde hace mucho tiempo en el sitio justo en el instante preciso. Paseaba por el área cuando le llegó un rebote ideal para marcar el segundo.

El Levante tenía la eliminatoria en el alambre hasta que Koné mandó un cañonazo a la escuadra. Le faltó poso al equipo de JIM para cerrar la primera parte; en el descuento otro pase de Pablo hacia Piatti puso otra vez la diferencia. Y de nuevo en el tiempo de postre, Tino Costa dejó la eliminatoria casi lista.

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