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Miguel Ángel Lotina: "Lendoiro aún me debe 360.000 euros netos"

Lotina, que dejó el Depor hace dos años, forma parte de la deuda que Augusto César Lendoiro oculta a Hacienda en un mundo del fútbol totalmente agobiado

ALFREDO VARONA

Hace años, era más fácil dedicarse al fútbol. Hace años, el fútbol no era un cuento de hadas. Incluso, había más dinero y se despedían más entrenadores. Pero no se vivía tanto drama entre los clubes españoles, 22 de ellos instalados en Ley Concursal y presos de noticias cada día más agobiantes.

La última semana ha señalado a Lendoiro, capaz de ocultar a la Agencia Tributaria la verdadera deuda del Deportivo. También acusa al Racing con las cuentas totalmente embargadas en el año de su centenario. Ha puesto entre la espada y la pared al Xérez si no paga el primer plazo (480.000 euros) de su deuda ya mismo. Ha acusado de fraude al Guadalajara en su ampliación de capital. O asiste al agobio del Albacete, el equipo del que Andrés Iniesta es el máximo accionista, que busca desesperadamente otro accionista más.

Pero esas noticias ya no son la excepción. Al contrario: son la norma en una profesión en la que no cesan de ocurrir cosas extrañas como, por ejemplo, en el Deportivo. Mientras su presidente, Augusto César Lendoiro está al día en su nómina, los jugadores no. Pero no sólo los jugadores. También uno de sus últimos entrenadores, Miguel Ángel Lotina, que dejó el Depor en junio de 2011 y, desde entonces, es uno de sus acreedores. 'Me deben 360.000 euros netos', reconoce a Público.

Sin embargo, Lotina no quiere meterse con Lendoiro. 'Es extraño que en una temporada cambie tres veces de entrenador y a mí no pueda pagarme o el club tenga esa deuda. Pero no voy a meterme con Lendoiro, porque le aprecio demasiado y, en la situación en la que está, sería muy ruin por mi parte'. Y, además, el fútbol actual se presta a esas y peores situaciones como la del Racing que, a pesar de estar embargado, tuvo que pagar 200.000 euros a un entrenador, Juan Carlos Unzúe, por dos meses de trabajo en pretemporada y al que ni siquiera permitió debutar oficialmente.

¿No está peligrosamente desequilibrado el fútbol? Es más, ¿ni tan siquiera la crisis ha sido capaz de aplicar la razón? Cuando los políticos no decían nada. Javier Irureta acepta esa pregunta. Él fue el entrenador que hizo campeón al Deportivo, en el que estuvo siete años y en el que Lendoiro siempre le pagó al día. De hecho, en ese aspecto Irureta se declara un afortunado. 'Ningún equipo me dejó nunca nada a deber. Ni siquiera el Güetxo cuando empecé en Tercera división. Y recuerdo que en todos los sitios en los que estuve cuando me iba de vacaciones, a final de temporada, lo hacía con todo cobrado'.

Y, en realidad, no se trata de que antes el dinero sobrase en el fútbol, 'que no sobraba, pero era diferente', explica Lotina. 'Es más, la crisis en este sentido ha podido ser positiva. Antes, los políticos casi nunca se atrevían a meterse con las deudas de los clubes de fútbol. Era políticamente incorrecto y se admitía lo que fuese. Sin embargo, ahora el político, que exige a un club que se ponga al día, es el honesto cuando la realidad es que jamás se tenía que haber llegado a esto'. Lotina fue un entrenador que con el Celta llegó a jugar la Champions y a ganar al Milan en San Siro. Pero ese mismo equipo se enganchó años después a la Ley Concursal. '¿Por qué?', se pregunta Lotina. 'Porque, aunque parezca un tópico, es la verdad. En el fútbol siempre resultó muy fácil vivir por encima de las posibilidades. Incluso, en clubes de ciudades pequeñas y sin demasiada afición. Y por eso ha pasado lo que ha pasado. Yo estoy convencido de que esto nunca se hubiese consentido en Francia o en Alemania'.

La prueba es que en esos países no existen clubes en Ley Concursal. Pero Irureta también sabe que España fue otra cosa. Por eso se acuerda de esos años en los que a él, personalmente, siempre le fue bien. 'Jamás pensé que se fuera a llegar a esto. Soy un hombre de fútbol y, por lo tanto, me solidarizo con todos los que lo están pasando mal debido al fútbol'. Apela a una solución: 'Se deberían desde ya poner topes a los presupuestos'. Y tal vez así cambiaría la cosa, porque Irureta no tiene dudas. 'Hace tiempo que no entreno y no sé si volveré a hacerlo. Desde luego, no parece fácil. Pero lo que no quisiera de ningún modo es ponerme en la piel de compañeros míos, de jugadores que trabajan sin cobrar y viven en ese estado de alarma. Así no se puede dar todo de sí el domingo'.

Lotina lo entiende, pero quiere pensar en positivo. 'Si esto valiese para que los clubes se pusiesen aludía y acabasen con esa serie de años esperpentos, tal vez así podríamos ser más felices todos'. Y, de no ser así, el técnico entiende que habrá que ser más justos con los que se tiene que ser 'con equipos como, por ejemplo, el Mirandes o el Numancia que viven con lo que tienen y que, si se aplicase una norma en los presupuestos, podrían tener más opciones'. Pero antes de llegar a eso habrá que acabar con la crónica de sucesos en el fútbol y, por ejemplo, el Racing no parece por la labor. Ayer mismo, con una economía tan maltrecha, despidió a su tercer entrenador del año.

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