Sobran tres, la única gran certeza durante casi estos dos meses de cábalas. Un examen que ya tienen aprobado las posiciones extremas: bases y pívots. Calderón, Ricky, Llull, Felipe, Marc y Vázquez. Seis jugadores que conjugan pasado, presente y futuro. Seis jugadores, una vez reseteada la situación de Fran Vázquez en la selección, arquetipos del gran lema de Scariolo en su segundo verano de seleccionador. 'El primer principio es hacer un equipo', dijo ayer.

Un eslogan que es el ideario de esta selección. Buen rollo, armonía, sacrificio, partidas de pocha y baloncesto. Mucho intangible suelto para que aparezcan las sorpresas. Las cábalas se definirían entonces desde el pasado en las tres posiciones con descartes. Rafa Martínez, en los escoltas; San Emeterio, entre los aleros, y Aguilar, en la nómina de cuatros.

Mumbrú, alero, y Garbajosa, ala-pívots, volverían a ser el pegamento que hace grupo. Un rol que les sostendrá en el equipo, cuando su presente lo desanconseja. Porque Carlos Suárez, el mejor español en las estadísticas globales de la ACB, y San Emeterio, un tipo que lleva años desarticulando equipos, como en la pasada final al Barça, desde la modestia ofensiva y la solvencia defensiva, han superado el curso de Mumbrú, mejor que el de Garbajosa.

Un jugador que ha entrado en esa dinámica en la que su mayor aportación es la experiencia. Su gran ventaja en el verano sin Pau. Sin el Laker, Aguilar, el anticipo de la revolución para el Europeo de 2011, parece el marcado. Una porque puede tapar también a Claver si Suárez sube al cuatro para mantener a Mumbrú.