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Pedrosa reclama el foco

Dani se impone a Lorenzo en una carrera rota provocada por el accidente de Espargaró, Bautista y De Puniet. La Honda se mostró por primera vez superior a la Yamaha y Stoner deja sin podio a Rossi

MIGUEL ALBA

La foto de Sachsenring predecía la imagen de Rossi. Más piloto que enfermo en 31 vueltas con muchas aristas. Más cerca del podio de lo que escondía su discurso conformista. Tan pillo con las palabras como en los tres interiores a Stoner que buscaron convertir su retorno en fiesta. La última vuelta, sin embargo, le demostró que aún falta físico a su ansia. Lo suficiente para sentir que el rebufo es un estado pasajero que siempre le regala un guiño. Como sucedió, en 2008, ante Stoner, en el sacacorchos de Laguna Seca. Como no se repitió ayer en la frenada de bajada de Sachsenring.

Allí, Rossi se supo cuarto. El punto intermedio entre el verdadero objetivo –el podio– y el despiste –“Un quinto sería un gran resultado”, vendía el sábado–. Una carrera sin cajón pero con mensaje. El mismo que lanzó Pedrosa en un circuito que abandonó, hace dos años, como un muñeco roto tras estamparse contra las protecciones. Entonces se rompió dos dedos de la mano izquierda y sufrió una distensión de ligamentos en el tobillo derecho. El enésimo parte de guerra en su físico de titanio. El enésimo dolor que le hizo ganar reflejos en los dedos durante la recuperación de aquella caída.

Unos dedos ligados al éxito con el cambio al verde del semáforo. La cualidad que minimiza su escasez de poles. Esa agilidad de dedos situó a Pedrosa en cabeza al final de la recta de meta. Sucedió en el amago de carrera que duró diez giros. Un dibujo que estimulaba la victoria de Lorenzo hasta que la pista se llenó de bajas por un accidente provocado por la moto de Randy de Puniet. La descontrolada Honda del parisino impactó, primero, contra Aleix Espargaró para rebañar, después, la Suzuki de Álvaro Bautista. En el aterrizaje, De Puniet se fracutró la tibia y el peroné  de la pierna izquierda, la misma lesión de Rossi; Espargaró llenó de raspones sus hombros y Bautista se quedó con el castigo de no poder reanudar la carrera después de que desapareciera la bandera roja de suspensión.

La nueva salida anuló todo lo anterior. Las vueltas rápidas de Lorenzo, con las que el mallorquín había logrado distanciar a Pedrosa. Incluso, el giro a 1:22.4 de Rossi, el mejor crono antes del accidente, con el que Il Dottore había conseguido atrapar a Dovizioso en la lucha por la cuarta plaza.

Minimizado el gran premio en vueltas (21) y pilotos (13), el box de Lorenzo exteriorizó sus temores. “El más beneficiado de esta situación va a ser Pedrosa porque él es el mejor en las primeras vueltas”, aseguraba Wilco Zeelenberg, el team manager del mallorquín. La secuencia del semáforo disparó de nuevo al de Honda. De nuevo, primero al final de recta. De nuevo, segundo en la curva de bajada, el lugar donde Lorenzo había completado el adelantamiento en el primer acto. Con Dovizioso y Stoner a la estela del dúo español, el foco volvió a cebarse en Rossi.

Sexto en el primer giro de la reanudación. Quinto tras superar a Hayden, una vuelta después. Cuarto, tras superar a Dovizoso, en la quinta vuelta. Por delante, tras un amago de curvas a cuchillo, la velocidad punta de la Honda situó a Pedrosa por delante de Lorenzo. Un par de vueltas rápidas de Dani, con una moto, por primera vez en la temporada, calmada de trallazos y superior a la Yamaha, le abrió la autopista hacia su segundo triunfo del curso y el décimo en MotoGP, los mismos que Lorenzo. “Tengo que hacer muchas carreras así para poder remontar tantos puntos en el campeonato”, aseguraba Pedrosa, a 47 puntos de Lorenzo.

“Dani ha estado imbatible. Mi ritmo ha sido diferente en la segunda parte”, se lamentaba el mallorquín, que vio cómo Pedrosa lucía en el podio una camiseta de La Roja, la misma que él no quiso vestir en Montmeló para no herir susceptibilidades.

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