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"En realidad, mi Albacete ya hacía lo que hace el Barcelona"

Benito Floro. Exentrenador del Albacete. Siempre será 'un general de campo', amante de una profesión que, a sus ojos, se ha devaluado

ALFREDO VARONA

Fue siempre por libre. Nunca tuvo representante. Sí una legión de ideas que crearon un Albacete inolvidable. Desde ahí despegó al Real Madrid, donde se enfrentó al Bar-ça de Cruyff. Luego, su carrera recorrió equipos y países (Japón, México, Ecuador), experiencias que hoy se refugian en su memoria y en su despacho, en los que el fútbol nunca parará quieto. Sería imposible.

Un día existió el Albacete de Benito Floro.

Sí, un día existió, ¿y?

¿Hoy sería posible?

Sí, hombre. El fútbol no cambia tanto. Lleva cuatro o cinco décadas atascado, sin progresión. Pero la gente mira el momento y no le da tiempo para mirar atrás.

¿Se ha olvidado del queso mecánico'?

El fútbol tiene formación y juego. Básicamente, lo que hacíamos nosotros es lo que ahora hace el Barça. No sé si está bien que lo diga, pero era así dentro de nuestro nivel. Catali era Busquets, Chesa era Iniesta, Zalazar, Xavi... Y hoy se repite, pero no porque lo copiasen, sino porque el fútbol es así.

Siempre pensé en usted como un revolucionario.

En el fútbol no existe ese concepto. Una revolución sería cambiar la ley del fuera de juego. Pero el resto son detalles, que puedes cambiar, no inventar.

'Hay tres opciones en el fútbol: o se le ama o se le trabaja o se le negocia'

¿Existe algún motivo para pensar que los entrenadores importan más que los futbolistas?

Buenos jugadores sin una buena orientación son buenos guerreros. Pero un buen entrenador sin buenos jugadores está más limitado, aunque es verdad que la fe mueve montañas.

El mejor Floro que recuerdo es el del Albacete. ¿Tuvo más fe que nunca?

Yo siempre he creído. He valorado todos los sitios en los que estuve. He tenido etapas parecidas a la del Albacete. En el Torrente ascendí jugando en un campo de tierra. En el Olimpic de Xátiva llegamos a dar 27 toques en la cancha del rival y a culminar esa jugada en gol. Son recuerdos que cuando me reúno a cenar con los jugadores no tienen precio. Vuelven a la memoria.

¿Ha sido un entrenador vocacional, ha sido un loco?

He sido, aún lo soy, un general de campo, un militar que va a luchar contra ejércitos organizados. Siempre he pensado que es muy divertido ser entrenador si tienes buenos futbolistas.

¿Por qué entonces Mourinho casi siempre está enfadado?

Hasta ahí no llego. Pero le puedo decir que al fútbol o lo amas o lo trabajas o lo negocias. Y entrenar en un ambiente positivo es agradable. La estrategia del fútbol es muy bonita. Pero no todos los entrenadores lo vemos igual. Hay algunos para los que sólo significa motivar, para otros es más importante llevarse bien con los medios, en fin...

¿Qué selecciona de su biografía como entrenador?

'Una revolución sería cambiar el fuera de juego'

Yo tenía la diplomatura de Magisterio y los cursos de entrenador. Valoré si opositar o entrenar y descubrí que cada día disfrutaba más. Mi mujer grababa los partidos en la grada. Es más, el primer regalo que le pedí a un presidente fue una cámara de vídeo. Sentía que el futbolista agradecía que le mostrases sus errores. Era objetivo. No era tu opinión, sino la de la cámara.

Su asignatura pendiente fue el Madrid. ¿Llegó tarde?

No sabría decir. ¿Qué significa eso? Tenía 40 años, llevaba una temporada en Primera y fuimos capaces de plantar cara a la mejor época del Dream Team. Ahora bien, si los medios tergiversan aquello y lo juzgan un fracaso...

El error fue fichar a Vitor y no a Cafú. ¿Se acuerda?

Fue en la segunda temporada, la Quinta tenía un año más y necesitábamos tres fichajes fuertes. Uno era Cafú, claro. Y si no podía venir él, que viniese Roberto Carlos. Pero no vino ni él ni tampoco Ginola. Aun así, cuando me despidieron estábamos a dos puntos del Barça...

¿Qué diferencia hay entre la Quinta del Buitre y el Barça de Guardiola?

Ni siquiera sé por qué hay que compararlo. Y, además, la Quinta tuvo tantas etapas... Pero yo me acuerdo cuando empezó a nacer que había partidos terroríficos que jugaba con tres defensas, Michel de mediocentro, hasta Juanito..., y no hacían más que tocar y tocar. Era una barbaridad. No había un balonazo. Pero como sólo se valora el momento, ahora parece que hasta el Barça nadie hizo eso.

Hay entrenadores como Bielsa que arrasan en las encuestas. ¿Qué le parece?

Mis amigos argentinos lo conocen y dicen que es un buen hombre. A mí me cae extraordinario. Futbolísticamente es honesto, quiere algo y lo lleva a su manera. No sé si se puede pedir más a un entrenador.

A nivel de resultados, no ha mejorado a Caparrós.

Creo que hay que saborear el momento. Esto es una rueda que no para. Bielsa pasará y ya no podremos valorar sus análisis estratégicos... Entonces habrá que aprovechar el momento, pero es difícil. Se crean hábitos. Yo recuerdo la época de Clemente que, a lo mejor, hablaba muy bruto. La realidad es que luego en el campo no había gran diferencia entre lo que hacía su equipo de los de los entrenadores que lo criticaban. Pero, ¡ay!, los medios...

¿Los medios le han hecho muchas faenas?

No, ¿por qué lo pregunta? Gracias a ellos me hice conocido y, es más, mis mejores amigos están en los medios.

¿Y los peores?

¡Qué preguntas!

¿Le parece una pregunta perversa?

Me parece una pregunta.

¿Y cuándo volverá a entrenar?

La idea no se pierde nunca y me fastidia no hacerlo, pero somos tantos... La profesión de entrenador se ha devaluado. Antes era un general de campo. Ahora, hay tantos cargos intermedios...

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