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Una remontada más allá del fútbol

España ha recuperado terreno ante Italia en muchos campos: social, económico, político, cultural, deportivo... Pero lo que veremos hoy es un partido de fútbol

TONI POLO

Lo de esta noche no es más que un partido de fútbol. Once contra once que intentarán que la pelotita entre, ya saben... ¿O es algo más? La coyuntura política, económica, social, cultural y deportiva en la que llegan España e Italia a los cuartos de final de esta Eurocopa está por encima del codazo de Tassotti, de los 88 años sin ganar, del catenaccio y del supuesto ‘tiki-taka’. “En 88 años han pasado muchas cosas”, escribía, en la portada de La Repubblica del jueves, Gabriele Romagnoli: “España ha sido durante mucho tiempo un pariente pobre”: un país adonde los italianos mandaron a sus jóvenes a combatir en una guerra civil, comenta el periodista; o donde reciclaban las sobras de sus espectáculos, a propósito de la ínclita Raffaella Carrà; o donde ganaban un Mundial y hacían feliz a un rey que, a falta de alegrías españolas, celebraba el triunfo azzurro como propio abrazado al republicano presidente Pertini en el palco del Bernabéu.

Pero… no han dejado de pasar cosas. “España nos ha adelantado en todos los sectores”, reconoce Romagnoli. “Cualquier cosa que hagan, la hacen mejor”. España ha superado con esfuerzo 40 años en los que, mientras Italia participaba en la unión de Europa, veía cómo pasaba de largo Mister Marshall y se encomendaba patrióticamente a las Copas de Europa del Madrid y al gol de Marcelino para seguir desconestada del mundo.

Hasta que, en los últimos años, el ‘pan y fútbol’ del franquismo ha ido dejando paso a un descarado protagonismo mundial en el deporte que, dicho sea de paso, ha ido más allá del concepto de fútbol como deporte-único. Casi aburre hablar de las victorias de Nadal, de la escalada de Gasol o, hace nada, del rodillo de Alonso en la Fórmula Uno, un deporte que muchos aquí ni siquiera sabían que consiste en carreras de coches.

Italia paga ahora muchas décadas de inmovilismo político que, pasando por rocambolescos episodios de corrupción, han degenerado en un desencanto global y la población busca fuera lo que no encuentra en casa. Zapatero es un referente para la izquierda italiana; Almodóvar o Javier Berdem han llenado los cines de todo el país; Adrià deslumbra en fogones donde ya no sólo se cuecen pastas y la moda de Milán ya se digna a prestar atención a la pasarela Cibeles. Pero no hay que olvidar que lo de esta noche es un partido de fútbol ante la campeona del mundo. Y puede que el fútbol sea ahora el panem et circensis en Italia...

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