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El trámite número 13

El Madrid encadena la victoria decimotercera, los mismos años que sumará el Atlético sin ganar el derbi. Los blancos sudan para remontan el 0-1 de Adrián

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

El espejismo duró 24 minutos. Los que tardó en aparecer Benzema para regatear a Courtois y ser derribado por este. El penalti, la expulsión del portero belga, el gol de Cristiano y la cobardía de Manzano al retirar de inmediato a Diego para dar entrada al guardameta suplente desmontaron el plan de un Atlético firme, intenso, respondón como pocas veces y duro. Un equipo que hasta entonces había incomodado al Madrid hasta el punto de frenar el tradicional arreón inicial blanco e incluso adelantarse en el marcador con un inesperado gol al cuarto de hora.

De tanto desnaturalizar el alma del Atlético, a la orilla del Manzanares recalan constantemente futbolistas sin sentimiento rojiblanco pero, de cuando en cuando, también sin complejos. Profesionales que no conocen la historia rojiblanca, a quienes rara vez se les transmite, pero con ambición y olfato suficientes para saber lo que se ventila cuando te enfrentas al Real Madrid. Honrados mercenarios que ni besan hipócritamente el escudo ni se arrugan ante nadie. Jugadores como Arda, Diego o Adrián.

Turan salió con la cimitarra entre los dientes y contagió una excitación desconocida desde años en el Atlético cuando tiene delante una camiseta blanca. El turco aplicó en el carril izquierdo su particular teoría de la presión: pegadizo, duro, descarado y, en ocasiones, un punto por encima de la agresividad. No dejó respirar a Di María -teatrero y genial toda la tarde-, jamás rehuyó un duelo con Lass y fue primordial en la actitud colectiva que desorientó y colapsó al Madrid.

Al lado de Arda, más centrado y unos metros por delante, Diego, el cerebro. Un brasileño curtido en Alemania e Italia que tampoco se encoge bajo los focos majestuosos del Bernabéu. Tanto, que eclipsó a Xabi Alonso durante los primeros 20 minutos. Y se juntó con Adrián para crear un gol de cine que hizo soñar a los atléticos. El asturiano se ha zampado al Tigre Falcao, delantero centro por decreto, pero no es seguro que cuando el colombiano regrese de su lesión, Manzano vuelva a castigar a Adrián. Porque el entrenador rojiblanco parece empeñado en complicarse la vida y, sobre todo, en complicársela al equipo. Anímica y físicamente.

El técnico andaluz envió de saque un mensaje rácano y miedoso. Dejó en el banquillo a Reyes y a Mario Suárez, y en su lugar tiró de músculo: Salvio y Assunçao respectivamente. Luego, en la expulsión de Courtois, no tuvo mejor ocurrencia que prescindir de Diego. Anunció el empate del Madrid y su intención de intentar mantener la igualada durante más de 70 minutos. No lo logró, claro. Y machacó a los nueve hombres que permanecieron en el campo durante la hora que tardó en ordenar el primer cambio.

Para entonces el Madrid ya había golpeado tres veces. La máquina blanca, chirriante al principio, se engrasó con el miedo atlético, la generosidad de Cristiano en el segundo gol y la pifia imperdonable de Godín en el tercero.

Con Xabi Alonso más suelto, la figura de Di María creció hasta dar la razón a su sorprendente regreso directo al once titular. Es uno de los futbolistas de cámara de Mourinho y el argentino volvió a pagarle ayer al portugués esa confianza con una hora de entrega y precisión sólo mancillada por un par de feas acciones de simulación que encresparon a los dos banquillos y calentaron de forma innecesaria a la grada.

Empujado por la fuerza de Cristiano y el estado de gracia de Benzema, el Madrid fue acorralando al Atlético, exhausto -pidiendo a gritos un cambio oxigenante que no llegaba- y finalmente entregado. Que nunca, por primera vez en muchos años, asustado.

La imagen de Godín desplomándose torpemente sobre Higuaín en el último penalti es el reflejo de un equipo que, aunque lo intenta, acaba cayéndose a plomo, empujado por lustros de negligencia y desidia.

El Madrid, muy protestón al principio por la que consideraban excesiva dureza colchonera, acabó apiadándose del vecino. Consciente de su superioridad, no pisó el acelerador más allá de los límites de velocidad. Los goles cayeron, como Godín, por su propio peso. Casi sin querer. Es un trámite que se repite desde 1999 en cada derbi madrileño. El próximo año se cumplirán 13 sin un solo triunfo del Atlético. Como 13 son las victorias que ha encadenado el despiadado Madrid de Mou.

Real Madrid: Casillas; Lass, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira; Di María (Higuaín, m. 61), Özil (Coentrao, m. 78), Cristiano; y Benzema (Callejón, m. 74)

Atlético: Courtois; Perea, Godín, Domínguez, Filipe; Assunçao, Gabi, Salvio (Miranda, m. 83), Arda (Reyes, m. 77), Diego (Asenjo, m. 23); y Adrián.

Goles: 0-1. M. 15. Adrián cruza ante Casillas tras una gran jugada colectiva por la derecha. 1-1. M. 24. Cristiano, de penalti cometido por Courtois a Benzema. 2-1. M. 48. Cabalgada de Cristiano por la izquierda, cede al centro y Di María, solo, remata por arriba. 3-1. M. 64. Godín falla en una cesión a Asenjo, Higuaín le roba el balón, regatea al portero y marca a placer. 4-1. M. 84. Cristiano, de penalti cometido por Godín al derribar a Higuaín.

Árbitro: Mateu. Expulsó a Courtois con roja directa (m. 21) por hacerle penalti a Benzema y a Godín (m. 83), por idéntico motivo, en su caso al derribar a Higuaín. Amarilla a Diego, Arda, Perea, Gabi, Xabi Alonso y Filipe.

Bernabéu: 80.315 espectadores. 

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