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Por una transición pacífica

Sandro Rosell y Joan Laporta abogan por un traspaso de poderes modélico y por el fin de los 'ismos'

NOELIA ROMÁN / RUT VILAR

Al final, Sandro Rosellya como presidente electo del Barça decidió no saltarse el protocolo y lo primero que hizo ayer fue llamar a su predecesor en el cargo, Joan Laporta, cuyo mandato en el club concluye el 30 de junio. Tras conversar durante cerca de diez minutos, ambos se emplazaron a reunirse en los próximos días para convenir cómo gestionan el proceso de cohabitación entre el final de una etapa y el principio de la siguiente. Luego, Rosell telefoneó a Pep Guardiola, que comienza sus vacaciones en breve, con quien el nuevo presidente ya tuvo un primer intercambio de impresiones ayer.

A nivel institucional, Rosell quiso mandar un mensaje conciliador: 'Estaba y estoy convencido de que la transición será pacífica. Más tranquila y con más sentido común incluso de lo que me había imaginado', aseguró. Y, como asesor de la Fundación Nelson Mandela, apeló al espíritu del líder del Congreso Nacional Africano en el proceso: 'Si conseguimos aplicar un 1% del mensaje de Mandela, me daré por satisfecho', dijo.

'No haré oposición ni pondré palos en las ruedas como algunos me han hecho a mí', aseguró Laporta, en su versión más moderada, ayer. 'En mí encontrará a una persona que ayudará en todo lo que él requiera. La misión de un ex presidente es no molestar', añadió. Ya sea por convicción o porque la contundente victoria de Rosell, la más amplia de la historia con más de un 60% de los sufragios, le ha movido a ello, Laporta parece decidido a abrazar la concordia en la recta final de su mandato el traspaso de poderes se hará el un acto oficial el 1 de julio para llevar a cabo una transición 'modélica', algo difícil de imaginar después de los duros ataques que había lanzado contra Rosell durante la campaña electoral.

El presidente electo se lo pondrá fácil. 'Me gustaría que no hubiese más ismos en el club, porque todos somos el Barça. El señor Laporta es él y ya está, como Suárez, Kubala y Cruyff. Me gustaría que se terminasen los ismos porque en el Barça cabemos todos'.

'Rosell tiene una oportunidad única para conseguir la unidad del barcelonismo: cuenta con personas que se quedaron fuera del cambio que hicimos en 2003 y los que hicimos la revolución entonces nos ofrecemos a cooperar cuando quiera', replicó Laporta. Aun así, y como anunció hace unos meses, Rosell, que reconoció su sorpresa por la efusividad con que Laporta lo felicitó el domingo 'Quería desearle que le vaya muy bien y que tenga mucha suerte. Sentí un punto de alegría y de afecto', se justificó el aún presidente, confirmó que el 1 de julio, cuando el abogado deje de ser presidente, presentará una demanda contra él por lesiones a su honor Laporta afirma en un libro que el ex vicepresidente deportivo le propuso en su día cobrar una comisión por vender a Ronaldinho al Chelsea. 'Es libre de hacerlo. Eso no afectará a lo institucional', aseguró Laporta.

Liquidada la cuestión de la sucesión, Rosell recuperó la sonrisa para referirse a Guardiola: 'Sería bueno que Pep fuera el Beckenbauer del Barça: jugador, entrenador y un día presidente del club; cuando él considere, puede ser un gran presidente del Barça', apuntó. La continuidad de Txiki Begiristain, en cambio, es poco probable.

Rosell también se felicitó por la rotunda victoria del domingo. 'Un resultado así ayuda, desde el punto de vista moral da más legitimidad', reconoció. Y, sobre la polémica presidencia de honor de Johan Cruyff, señaló que su intención no ha cambiado en los últimos días. 'No nos gustó su elección a espaldas de los socios. Si nos piden que se debata en una asamblea, lo haremos. Si no, no. No nos gustaron las formas', aseveró. 

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