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El Gobierno presenta los Presupuestos anticrisis

Elena Salgado entrega al presidente del Congreso las cuentas para el año que viene en el ya tradicional 'pen drive'.

B. CARREÑO / P. GONZÁLEZ

'Yo no sé dónde está la definición de rico o no rico, además es una palabra que no me gusta emplear'. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, conjugó así lingüística y economía para explicar la subida impositiva que el Ejecutivo ha diseñado para los Presupuestos Generales de 2010 y que presentó al Congreso.

Tras ser cuestionada por los periodistas sobre la escasa gravación específica a 'los ricos', Salgado trató de explicar su visión sobre la estratificación económica española. 'Un desempleado puede ver a una persona con un sueldo normal como afortunado, mientras que éste creerá que es justo o incluso poco [...] Sólo sabemos quienes son pobres, que son los que están por debajo del umbral de la pobreza. Es más difícil decir quién es rico. Podríamos decir que están en mejor posición los cien mil que más ganan, o el millón de personas, pero tampoco hubiera sido razonable hacer recaer sólo ahí la subida porque tiene que tener cierta secuencia y la clase media conforma nuestra base fiscal', apuntó Salgado.

Pese a esta explicación, la número tres del Gobierno insistió en que la subida fiscal planeada para 2010 —y que consiste en subir entre uno y dos puntos el IVA y elevar las tasas por rendimientos del ahorro— descansa sobre las clases más favorecidas. 'Pedimos un esfuerzo adicional moderado a todos los ciudadanos y un esfuerzo específico a los que tienen más capacidad', defendió.

La vicepresidenta recordó que 'afortunadamente' España es un país con una amplísima clase media que disfruta de servicios públicos que se financian desde presupuestos, fuente que a su vez se nutre de la recaudación fiscal y la aportación de los contribuyentes. 'A veces no son los mismos a los que se lo pedimos y a los que se lo devolvemos', puntualizó.

Interrogada sobre la reversibilidad de las subidas, la ministra quitó hierro a las declaraciones del presidente del Gobierno en las que adelantó que la subida de impuestos estaría acotada en el tiempo. 'En este momento el esfuerzo que pedimos es moderado y si las circunstancias lo permiten se modificará para que sea temporal', advirtió y acudió al ejemplo de la recién elegida canciller alemana, Angela Merkel, y su decisión de posponer la promesa electoral de bajar impuestos para apoyar esta postura.

En cualquier caso, la vicepresidenta se mostró más abierta a deshacer el alza del impuesto sobre el capital -que pasa a tributar al 21% a partir de los primeros 6.000 euros de rendimiento- que a dar marcha atrás con el IVA. 'En estos momentos debemos acercarnos en imposición indirecta a parámetros más europeos', sugirió, en clara referencia a que los nuevos niveles del IVA -8% en tasa reducida y 18% en la normal- están aquí para quedarse.

La titular de Economía se limitó a asegurar que el aumento de la presión fiscal será 'ligera' el próximo ejercicio y que seguirá por debajo de la media europea. Además, según sus cuentas, sólo un 70% de la subida impositiva se traslada al precio final y 'en un contexto de precios a la baja', espera que la repercusión sobre el comprador sea aún menor. Eso sí, ante la posibilidad de elevar en el próximo ejercicio los impuestos especiales, Salgado respondió con un esquivo: 'no se anuncia con un año de antelación'.

Respecto al gasto, la titular de Economía insistió en su carácter solidario y eminentemente social. 'Se podrían hacer más cosas pero había que cumplir la austeridad presupuestaria', asumió. La fórmula para recortar un 3,9% el gasto y conservar los objetivos de inversión ha sido recurrir a la partida de gastos financiera que no computa en el déficit del Estado. Con todo, el gasto de los ministerios cae un 5,4%.

En cuanto a la tramitación parlamentaria, Salgado aseguró que está 'absolutamente confiada' en que el Presupuesto saldrá adelante. En este sentido, la ministra no ha tenido la impresión de que los partidos de izquierdas hayan rechazado las cuentas públicas y se mostró abierta a enmiendas que 'mejoren el presupuesto'. 'No tiene sentido hablar de líneas rojas cuando hablamos de negociación parlamentaria', destacó aunque recordó que el Gobierno sólo presenta 'el núcleo' de la Ley. 'Es una propuesta muy pensada y la más adecuada para la recuperación económica', añadió.

Salgado hizo una apelación emocional a la ciudadanía en la decisión más 'impopular' de un Gobierno -'espero que lo entiendan'- y calificó como 'apasionante' el reto de liderar la política económica española durante la crisis.

El Gobierno destinará 16.490 millones de los Presupuestos del año que viene a las prestaciones por desempleo y otros 7.782,52 millones para políticas activas de empleo, en los que se incluye la ayuda de 420 euros para los parados que se han quedado sin cobertura.

El proyecto de ley presupuestario, que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, entregó hoy en el Congreso, incluye asimismo una partida de 1.598 millones para la aplicación de la Ley de Dependencia, el 35,9% más que este año.

Según los datos facilitados por Economía, el 51,6% del gasto de los Presupuestos de 2010 se destinará a políticas sociales, lo que se traduce en un total de 180.848 millones de euros, 6.636 millones más que en 2009.

Dentro de este gasto social se incluyen las citadas partidas de empleo y dependencia, así como la política de pensiones, que estará dotada con 108.282,71 millones de euros, un 2,1% más que en este ejercicio.

Las pensiones crecerán con carácter general un 1% y las mínimas entre el 2% y el 5%, con una media del 4%.

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