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Las eléctricas frenan inversiones millonarias en centrales de gas

El 52% del recorte, de casi 6.800 millones, corresponde a Endesa. Esta empresa es la principal distribuidora en Girona, que sufrió un gran apagón. La rentabilidad de las plantas está en duda

A. M. VÉLEZ

La crisis económica y la histórica caída de la demanda de 2009 han obligado a las eléctricas a replantearse sus inversiones en generación. El mayor recorte ha afectado a las centrales de ciclo combinado, que utilizan gas natural como combustible. Según datos de las empresas remitidos a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), hay unos 13.700 megavatios (MW) previstos para el próximo lustro y que, de momento, se han quedado en el aire. Supondrían una inversión de unos 6.800 millones de euros. La cifra es una estimación basada en el coste medio de instalar un MW con esta tecnología (en torno a medio millón de euros).

Más de la mitad del recorte (52%) corresponde a Endesa, que desde el año pasado gestiona el grupo semipúblico italiano Enel. La eléctrica preveía construir 16 ciclos combinados, con 7.350 MW de potencia, que habrían supuesto unos 3.600 millones de inversión. El presidente de Endesa, Borja Prado, confió hace unas semanas, en plena polémica por los apagones de Girona, en que la demanda eléctrica en España 'se recupere en el futuro'. 'Pero, por el momento, tenemos que ser muy conservadores', añadió el ejecutivo, que evitó referirse al caos gerundense, donde su empresa es la principal distribuidora.

La generación está liberalizada, a diferencia de otros negocios del sector

En un año, Endesa ha recortado sus inversiones totales un 56%, más de 14.000 millo-nes. En 2006, aún con Manuel Pizarro como presidente, anunció que alcanzaría más de 11.000 MW en centrales de gas en 2009. Al final, tras las opas de Enel y Acciona, las ventas de activos a E.ON y la adaptación de los planes de la empresa a la crisis, la potencia instalada en ciclos combinados de Endesa se ha quedado lejos de ese objetivo, en algo más de 8.000 MW (el último dato disponible es de finales de 2009).

A diferencia de la distribución o el transporte de electricidad, que están regulados por la Administración (ésta determina qué inversiones hacen falta), la actividad de generación está liberalizada: el Estado sólo hace una planificación indicativa. Con el nuevo siglo, las eléctricas (sobre todo, Gas Natural e Iberdrola) apostaron fuerte por los ciclos combinados para robustecer el sistema eléctrico y evitar apagones en momentos de gran demanda. Así, en 2000, la aportación de esta tecnología era casi nula. Al cierre de 2009, había más de 22.200 MW instalados (el 24% de la potencia) que cubrieron el 32% de la demanda eléctrica (fueron la principal fuente de generación).

Con las horas de uso actuales, las plantas de gas no son rentables

Sin embargo, su aportación está en retroceso por el auge de las energías renovables, la aportación de la hidráulica (las reservas están en máximos) y la baja demanda. El consumo de gas en España ya cayó en 2009 un 10,5%, en buena parte, porque la demanda de los ciclos (un 40% del total del consumo de gas) bajó un 14,2%. La tendencia, previsiblemente, seguirá. El Gobierno ha aprobado una normativa para obligar a las eléctricas a quemar carbón nacional, que actualmente no es rentable. Aunque se preveía pagar una compensación a las centrales de gas en concepto de lucro cesante, esta ayuda ha sido suprimida, porque podría ser considerada ilegal por la UE.

Los ciclos tienen la ventaja de ofrecer una respuesta rápida cuando la demanda aprieta. Se utilizan como potencia de respaldo porque, a diferencia de las centrales nucleares, pueden apagarse y arrancar en cualquier momento (las plantas atómicas, no, porque es muy costoso). Además, contaminan menos que las centrales de carbón o fuel-oil. El problema es que, con las horas de funcionamiento actuales (unas 2.000 al año), la rentabilidad de estas instalaciones (cuya vida útil es de unos 25 años) se ha resentido. Y, como están entre las de construcción más reciente, su amortización apenas ha comenzado.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, fue muy gráfico hace unos días. Le preguntaron por la puesta en marcha de un ciclo combinado que la eléctrica iba a construir en Santurtzi (Vizcaya). Según Galán, 'hay excedente de capacidad', por lo que, salvo que haya un 'cambio radical' en la demanda, Iberdrola no construirá más centrales de este tipo 'ni en Santurtzi, ni en ningún otro sitio' de España. Quizá sin saberlo, Galán refrendaba lo que llevan años denunciando grupos como Ecologistas en Acción: que los planes de inversión de las eléctricas estaban hinchados.

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