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La noche más amarga

En una reunión de 11 horas, Salgado se comprometió a hacer duros recortes

D. BASTEIRO

Son más de las 11 de la noche del 9 de mayo de 2010. En Bruselas, en una esquina de una sala de reuniones, Elena Salgado y su colega portugués buscan aliados. Tras ocho horas de reunión, luchan por no ser estigmatizados en el documento de conclusiones que los ministros de Finanzas de la Unión Europea discuten para salvar al euro. Paradójicamente, el calendario marca para esa jornada el Día de Europa y el 60º aniversario de la declaración de Robert Schuman con la que comenzó el proceso de construcción europea.

Los socios de la UE pedían recortes del 3,5% del PIB; se quedó en un 1,5%

Hace un año, Europa estaba para pocas celebraciones. Distintas fuentes consultadas por este diario evocan la 'tensión', los 'nervios' y 'angustia' para España y la UE que marcaron los innumerables corrillos y llamadas de teléfono a las capitales. Entre ellas estaban las consultas a los bancos centrales y las presiones externas. Barack Obama llegó a exigir a Angela Merkel una 'respuesta contundente' capaz de serenar a los mercados.

La reunión terminó con la creación de un fondo de 500.000 millones de euros para ayudar a los países en apuros y evitó el riesgo de un nuevo crack internacional. Europa superó la prueba de la solidaridad con los países en apuros. Pero la solidaridad europea no sale gratis y España imprimió un giro copernicano a su política económica, materializada en el compromiso de Salgado de un recorte adicional del déficit en 1,5 puntos del PIB.

'Fue una reunión intensa, y, a veces, violenta', recuerdan en Bruselas

No era un ajuste más, sino el recorte que sacrificaría la política social del Gobierno y certificaría que un pedazo más de la soberanía económica residía ya en esa sala en la que 27 ministros negociaban a contrarreloj. La vicepresidenta, en constante contacto con Madrid, vivió uno de los peores días de su vida y distintas fuentes la recuerdan al límite de su capacidad. 'Fue una noche muy intensa para todos', recuerda un funcionario comunitario. 'Para Salgado doblemente, porque presidía una reunión por veces violenta y además se enfrentaba a presiones durísimas para que recortara más el déficit'.

'Alemania y Holanda, que se habían hecho de rogar para rescatar a Grecia, querían un recorte mucho mayor para tranquilizar a los mercados', recuerdan fuentes al tanto de las negociaciones. Presionaban por un recorte de hasta 3,5 puntos del PIB (35.000 millones), que hizo temblar a Salgadoy quitó el sueño a Zapatero. El presidente del Gobierno reconoció después haber pasado la noche 'en blanco'. No pegó unacabezada hasta el amanecer, 'a la espera de ver cómo reaccionaban los mercados', declaró luego en una entrevista.

Zapatero reconoció que aquella noche apenas pudo pegar ojo

El propio Zapatero había sufrido las presiones de sus colegas del Eurogrupo dos días antes, el viernes, en el mismo edificio en Bruselas. Allí, el presidente se reunió a solas con Nicolas Sarkozy, habló por teléfono con Angela Merkel y participó en un cónclave de líderes del euro que dejaría en agua de borrajas el 'uno y no más', proclamado en referencia a los rescates tras el plan de asistencia a Grecia.

Los mercados no se lo creían (en la víspera, Wall Street sufrió un minicrash, debido a un problema con los sistemas informáticos de contratación); en Berlín y París habían saltado todas las alarmas; y el BCE se negaba tozudamente a comprar deuda de los países acorralados por los mercados, entre ellos España.

Salgado tuvo mucho tiempo para negociar con sus socios en ese domingo, pues se produjo una pausa en lareunión porque el ministro alemán, Wolfgang Schäuble, tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital de Bruselas por una reacción a un medicamento. Mientras el ministro del Interior interrumpía un paseo por un bosque en Dresde para plantarse en Bruselas en representación de su Gobierno, la vicepresidenta aceptó el recorte del 1,5% del PIB, se comprometió a avanzar en la reforma de las pensiones, pero se resistió a incluir el copago sanitario, según fuentes del Ministerio de Economía.

Todo había cambiado. 'Las circunstancias excepcionales requieren una actuación excepcional', reconoció Salgado a este diario al filo de las 3 de la mañana, en una comparecencia ante la prensa a la que acudió visiblemente agotada. 'El elemento de consolidación fiscal cobra más importancia en relación con el del crecimiento', continuó. En otras palabras: la presión de los mercados había conducido a España a una etapa de ajustes de varios años.

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