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Unicaja-Duero, la fusión llena de excusas

Ambas entidades retrasan dos meses la firma del protocolo de integración

MIGUEL ALBA

Sede en Málaga, 63% en la participación de la nueva entidad y la presidencia para Braulio Medel. Desde que Unicaja y Caja España-Duero iniciaron en marzo la partida de cartas hacia su integración, los naipes marcados parecían ya estar sobre el tapete. 'Estando Medel de por medio, aún quedan muchas manos', aseguraban, a principios de abril, fuentes financieras. Y, en cada nueva baza, los jugadores se distancian más. 'Confiamos en que al final se llevará a efecto la fusión', reflexionaban ayer varias voces del Consejo de la caja castellanoleonesa. Un augurio que se resolverá si España-Duero acepta las nuevas concesiones que van salpicando el proceso.

Por el momento, los calendarios incitan a pensar en un proyecto común, pero con cada entidad haciendo su camino. Toda una novedad en el proceso de bancarización de las cajas. De hecho, todos los nuevos bancos han surgido tras una fusión o integración. Sin embargo, España-Duero y Unicaja aprobaron el jueves la creación de un banco cada una por separado, cuando el calendario marcaba la firma del contrato de integración, protocolo que ahora se retrasa a mediados de julio. La excusa fue que Boston Consulting, auditor de Unicaja, no había concluido la due diligence. Unas semanas antes se citaba el desacuerdo laboral como obstáculo. ¿Qué pasará tras los test de estrés? 'Si España-Duero sale mal, Medel la querrá más barata', asume uno de los futuros socios. Esa carta puede romper la partida.

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