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Berlín vende caros los eurobonos

Algunos países pueden perder soberanía a cambio de la deuda común

DANIEL BASTEIRO

La Comisión Europea presenta este miércoles tres opciones para gestionar deuda conjuntamente. Las tres implican un cambio de nombre de 'eurobonos' a 'bonos de estabilidad europeos' para tratar de vencer el rechazo frontal de Alemania a esta idea. El objetivo es respaldar conjuntamente las emisiones de deuda para que los países presionados por la especulación puedan financiarse a menor coste. La propuesta es en sí misma un intento de presión a Berlín para que dé su brazo a torcer, pero implica una estrategia económica de austeridad y control reforzados.

En la opción con más opciones de salir adelante a corto plazo, los países seguirían emitiendo deuda nacional, pero parte de ella a través de bonos europeos, que saldrían a subasta el mismo día. Cada país seguiría responsabilizándose de sus deudas y tendría que aportar garantías suficientes, pero los nuevos títulos y las subastas conjuntas podrían relajar la presión. La segunda opción prevé que la eurozona se responsabilice solidariamente de bonos por hasta un 60% del PIB europeo, el límite de deuda que fija la UE, siendo el resto responsabilidad individual de cada país. La última prevé emitir sólo deuda europea. Estas dos opciones necesitarían cambiar el Tratado de Lisboa, la máxima ley de la UE. Así, no podrían aplicarse a corto plazo y dependerían de un laborioso proceso de ratificación.

Para Alemania, la deuda común supondría encarecer su financiación

Angela Merkel, que la semana pasada recibió con gran escepticismo una propuesta parecida de los sabios que asesoran a su Gobierno, se ha opuesto a los eurobonos, ya que la solidaridad alemana se traduciría en un aumento de sus costes de financiación. José Manuel Durão Barroso ha asegurado que la emisión de eurobonos, o lo que él llama 'bonos europeos de estabilidad', será el final 'natural' de un proceso de 'gobernanza reforzada y disciplina y convergencia'. Antes, la eurozona debe atajar la crisis de deuda soberana, pero todos los pasos se dirigen hacia una unión política que evite futuras crisis.

A menudo descrito como el 'gran cortafuegos' contra la especulación, más allá de rescatar a Irlanda y Portugal, el Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera no ha puesto en marcha ninguna de sus opciones posibles, que llegarían antes que los eurobonos y aliviarían la presión sobre los países más acosados. Los líderes del euro acordaron a finales de octubre ampliar su capacidad, pero faltan tanto los detalles técnicos como contribuciones de inversores internacionales. Su poder de intervención total, cifrado en el billón de euros, ha sido cuestionado en las últimas semanas por los responsables del fondo y numerosos economistas.

Al fondo de rescate del euro sigue faltándole potencia financiera

Según Herman van Rompuy, presidente del Consejo, fortalecer las capacidades europeas pasa por mayores castigos a los incumplidores de los objetivos de déficit. Entre ellos, 'mejorar la disciplina fiscal', que las sanciones sean automáticas, suspender los derechos de voto, 'los fondos estructurales y otros pagos' y dar 'poder a una autoridad central para intervenir en los procedimientos presupuestarios nacionales'. Algunas de estas opciones, sugeridas desde hace meses por Berlín, habían perdido fuerza, pero han resucitado en paralelo al debate sobre los eurobonos.

Sólo así, tras un endurecimiento de los controles antidéficit, podrían ponerse en marcha los eurobonos. En ese momento, si la opción finalmente escogida necesita un cambio profundo en el Tratado de Lisboa, podría producirse una escisión en la eurozona entre los países virtuosos que deciden ir adelante con la integración y los que se quedarían fuera, algo que defienden países como Finlandia. La disciplina económica y la solidaridad son consideradas en Bruselas dos caras de una misma moneda. De momento, Alemania sólo es partidaria de la primera.

 

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