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Pacto de silencio sobre el impacto del boicot a Coca-Cola

JAIRO VARGAS

¿Están respondiendo los consumidores a la llamada para boicotear Coca-Cola? Es una pregunta con difícil y diferente respuesta, que varía, evidentemente, en función de a quién se le formule. La decisión de Coca-Cola Iberian Partners (CCIP) -empresa resultado de la fusión de las siete embotelladoras de España y la de Portugal en una única compañía- de aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 1.253 ó a 1.190 trabajadores y supondrá el cierre de cuatro de las once fábricas que hay en España ha desatado una agresiva campaña de los sindicatos instando a no consumir ni el famoso refresco ni ninguno de la gama de productos de Coca-Cola Company mientras no se retiren los despidos y los cierres.

Desde hace un mes, grupos de trabajadores se concentran en las puertas de los supermercados repartiendo octavillas con el lema 'Si Madrid no fabrica, Madrid no consume'. Hace referencia al cierre de la planta de Fuenlabrada, la segunda más grande de España, una de las más productivas del grupo y que da trabajo a 571 empleados, según los sindicatos. Lo mismo ocurre en Alicante, Palma de Mallorca y Colloto (Asturias), las otras plantas pendientes de bajar la persiana.

'La sociedad esta rechazando los productos de Coca-Cola', asegura a Público Francisco Bermejo, representante sindical de CCOO en la fábrica Madrileña. Él mismo cifró en un 40% el descenso de las ventas de estos refrescos en Madrid durante la primera semana de huelga indefinida en la fábrica. Ahora asegura que la cifra se mantiene. Sin embargo, fuentes del embotellador único lo desmienten y asegura que el impacto no es significativo en las ventas salvo 'puntos anecdóticos' por problemas en la distribución, fruto del bloqueo de los camiones de reparto. Fuentes de la sección española de la multinacional han explicado que se han solicitado los informes de ventas de este mes, pero que los datos aún no son definitivos, pero adelantan que no ha habido un impacto notable a priori.

La multinacional asegura que no hay incidencia en el volumen de ventas

Los rumores se disparan cada día en los medios de comunicación y las redes sociales, pero las grandes superficies tampoco ofrecen datos sobre las ventas de Coca-Cola. Ni siquiera Pepsi, el competidor inmediato de la bebida de Altlanta (Estados Unidos), quiere pronunciarse al respecto. Fuentes de Pepsico, fabricante de Pepsi, Kas, Gatorade y otras marcas; han asegurado a Público que no hacen comentarios ni facilitan información sobre sus ventas en el contexto actual, una especie de pacto de no agresión.

Donde sí que hay impacto es en la imagen de marca de la multinacional. Aunque fuentes de la compañía no pueden cuantificarlo porque no ha habido aún un análisis en profundidad, el presidente de la empresa en España y Portugal, Marcos de Quinto, reconoció en un foro público los estragos que una campaña así provoca. Coca-Cola Company ni fabrica ni vende los productos de Coca-Cola en España. De eso se encargan las franquicias embotelladoras, que tras la integración son sólo una empresa con predominio catalán. La multinacional en España sólo vende imagen, marca. Se encarga del marketing, de la publicidad y de la política de Responsabilidad Social Corporativa, como su instituto Coca-Cola de la felicidad. Coca-Cola es una de las marcas más conocidas del mundo, y su imagen se asocia a conceptos positivos. Al menos hasta que las palabras despidos, cierres o familias en paro han comenzado a acompañar al logotipo más famoso. Por eso, la sección ibérica de la empresa estadounidense no comprende por qué los sindicatos no han aceptado la última oferta de la embotelladora antes de finalizar el periodo de negociaciones del ERE.

El director Fernando Trueba sostiene una pegatina contra el ERE de Coca-Cola durante la gala de los premios Goya. -EFE

Para forzar otra salida a la reestructuración solicitada por Atlanta, los trabajadores han llevado el eslogan de boicot a todos los campos de fútbol madrileños y a cualquier evento destacado, como la gala de los premios Goya, en la que algunos directores y actores se dejaron fotografiar con las pegatinas que repartían los empleados de Fuenlabrada. Algunos gobiernos regionales, como el del Principado de Asturias, han renunciado al patrocinio de la marca en determinados eventos para solidarizarse con los trabajadores y criticar el cierre de fábricas rentables.

Madrid está abastecido por las fábricas de Catalunya, Sevilla y Portugal

Pero de la percepción mediática a la realidad hay un gran salto. Comprar Coca-Cola en Madrid sigue siendo perfectamente posible. 'La producción está totalmente parada y de la fábrica [de Fuenlabrada] no sale ni una botella', ha asegurado Francisco Bermejo. Pero la capital, uno de los focos más activos del conflicto y uno de los puntos de consumo más importantes de Europa, está abastecida por la producción de las plantas portuguesa, catalana o sevillana. Incluso se puede ver alguna lata francesa en varios establecimientos. 'Ya lo hemos denunciado ante la Inspección de Trabajo porque es una práctica de esquiloraje que vulnera del derecho a la huelga', ha recordado Bermejo. De hecho, el Alicante, donde también se denunció esta práctica, las autoridades laborales han dado la razón a los trabajadores  y ha requerido a CCIP que requiere 'no realice actos lesivos del derecho de huelga de los trabajadores consistentes en la sustitución por otros'. 'No debe sustituir el trabajo de la planta de Alicante reenviando productos de otras factorías de Iberian Partners', aseguraba en la respuesta a la denuncia de los sindicatos.

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