'Te presentan a dos crías de dieciocho años, con un par de gramos y ya está, ya te tiene pagado', le dice una compañera de profesión al psiquiatra Pascual Javier Ramón Mora, ahora imputado por la trama abortista de las clínicas de Carlos Morín, en una conversación telefónica intervenida por la Guardia Civil que figura en el sumario.

'¡Pues sí, hombre! Pues qué baratito, pues no, porque yo tengo suficiente pasta para cogerme diez cubanas y estar una semana en Cuba follando con tías de dieciséis o diecisiete tacos'. Ante la chulería de él, su interlocutora le advierte de que 'ellos' le han pagado así muchas veces. Ambos personajes se refieren a presuntas falsas bajas laborales, ellos lo llaman 'invalidez de trabajo'. Más tarde, él replica que 'por papeles' cobra 3.000 euros. 'Ramón, Ramón, que no es la primera ni la última vez', precisa la interlocutora. Presuntamente, se refiere a que Mora, en otras ocasiones, ha cobrado 'sus favores' en prostitución y drogas.

Durante su comparecencia ante el juez, Mora, que también es psiquiatra en Can Brians, afirmó que en las clínicas de Morín, tanto en TCB como en Ginemedex, hacía los dictámenes de las pacientes después de que hubiesen abortado. Con Morín había acordado que cada semana cobraría entre 500 y 700 euros, aunque su contrato 'era de palabra'.

Memoria selectiva 

Sobre las pacientes, Mora especificó que no se acordaba de ellas porque 'por su profesión considera sano olvidarse de los pacientes una vez ha visto y ha finalizado su trabajo'. No obstante, sí afirmó que se acordaba de los casos complicados. Cuando el juez le preguntó por las menores (por ley deben ir acompañadas de un tutor legal), Mora contestó que 'las últimas eran francesas y españolas', pero que no recordaba ningún detalle 'porque siempre es la misma historia'.

En esta misma comparecencia, Mora dijo que 'no estaba en plenas condiciones', ya que llevaba 48 horas sin dormir y que había tomado ansiolíticos, ' por la mañana y por la noche'.

Ésta no es la primera vez que el psiquiatra se encuentra imputado. A día de hoy, tiene pendiente una condena de cuatro años por maltratos físicos a su compañera sentimental. Durante su relación en 2001, él la amenazó de muerte y la humilló 'hasta la desesperación'. Mora no puede acercarse a menos de 1.000 metros a la víctima.

La justicia holandesa también está interesada en las clínicas de Morín. Según se desprende del sumario, un fiscal holandés está investigando el caso de una chica que fue a abortar a Ginemedex cuando estaba de 27 semanas. En Holanda, es posible abortar de manera libre hasta la semana 24. La mujer, de veinticuatro años y de origen marroquí, fue detenida e ingresada en prisión por infanticidio. La jueza que instruye el caso en Barcelona también ha pedido investigar el caso.