Público
Público

El ‘caso Taguas’ aflora las críticas a la política de personal de Zapatero

Dirigentes del PSOE ven probado 'el error de nombrar altos cargos sin compromiso político'

GONZALO LÓPEZ ALBA

En el Palacio de la Moncloa preocupa el caso Taguas, no tanto por su repercusión en la opinión pública, que se espera quede neutralizada por el efecto Zaplana, como por las críticas internas.

De hecho, el fichaje por la patronal de la construcción (SEOPAN) del que fue director de la Oficina Económica del Presidente hasta el final de la legislatura pasada ha sido acogido en el PSOE con juicios que oscilan entre el calificativo de 'impresentable' y la consideración de que es 'poco estético', según representantes de distintas tendencias consultados por Público.

Aunque desde Moncloa se ha trasladado que el presidente está 'desagradablemente sorprendido', fuentes conocedoras de lo ocurrido aseguran que estaba al tanto de la marcha de Taguas al lobby de las grandes constructoras. La decisión, según estas fuentes, se cerró una vez que, al aceptar la ex ministra Cristina Narbona la embajada ante la OCDE, el ex asesor presidencial se quedó sin destino alternativo.

En el entorno presidencial se rechaza 'el intento de demonizar a quienes pasan de la política a la empresa privada, sobre todo si son de izquierdas'. Añaden que sería más reprobable si su destino fuera una empresa concreta y que, puestos a hablar de posible incompatibilidad, 'ha sido mucho peor el recorrido de Rato desde el Fondo Monetario'.

Tras esta justificación, algunos dirigentes del PSOE ven un resurgir de la teoría que abanderó el sector renovador del partido hace quince años cuando, a raíz de otra crisis financiera, se intervino desde el Gobierno de Felipe González en el nombramiento de banqueros.

La tesis de fondo no es otra que la izquierda debe disputar sin complejos a la derecha la ocupación de los centros de poder económico, lo que entonces dio lugar al surgimiento de una beautiful people socialista. Ahora, algunos ven el embrión de una beautiful zapaterista en la presencia de Javier de Paz -íntimo del presidente- en Telefónica, la de Taguas en la patronal de la construcción y en el entramado de relaciones de Miguel Sebastián.

Pero, sobre todo, lo que ha aflorado el caso Taguas es el malestar interno que reina en el PSOE con la política 'personalista' de nombramientos de Zapatero, que ya asomó con la composición del Gobierno y la designación del independiente José Antonio Alonso como portavoz parlamentario.

'Taguas nunca debió presidir la Oficina del presidente. A determinados puestos sólo pueden ir hombres del partido, como ahora se ha demostrado. Cuando a personas con un compromiso político tenue se las nombra en función de relaciones personales, lo normal es que cuando deja de funcionar esa relación te dejen colgado de la brocha', señala un veterano dirigente, que censura una 'desvitalización de la estructura política'.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias