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Los padres que educan en casa piden una regulación

El Gobierno recuerda que existen alternativas para los niños con problemas y las familias se amparan en un vacío legal para evitar que sus hijos vayan a la escuela 

MARTA SUÁREZ

Han trasladado la tiza y la pizarra al salón de casa. Los padres de cerca de 2.000 niños han decidido sacar del colegio a sus hijos para convertirse en sus profesores, según las estimaciones de la Asociación para la Libre Escolarización (ALE). Son los homeschoolers o estudiantes en casa, que piden al Gobierno que regule su situación.

Azucena Caballero, vicepresidenta de ALE, explica que los padres que optan por el homeschooling lo hacen “por mil motivos”. Unos huyen del método pedagógico de la escuela tradicional, otros eligen esta vía ante el fracaso de uno de sus hijos, alegan que quiere evitar situaciones de acoso o incluso motivos ideológicos.

Se amparan en recovecos legales para escolarizar a sus hijos en el extranjero, a veces vía Internet, y muchos de ellos obtienen un título de un país anglosajón. También hay quienes buscan alternativas para obtener el graduado de la ESO sin pisar un aula.

En España no está expresamente prohibido estudiar en casa, la Constitución no habla de escolarización, sino de “educación” obligatoria entre los 6 y los 16 años. La vicepresidenta de ALE reclama “que se reconozca legalmente esta opción” y que quede claro que sus hijos no son absentistas porque, aunque no van a la escuela, estudian.

El subdirector general de Ordenación Académica del Ministerio de Educación, Juan López, asegura que la administración ya ofrece “alternativas” a los niños que no pueden estudiar en las escuelas “cuando un profesional acredita que tienen problemas psicológicos, físicos o por enfermedades”. Lo que ocurre es que en estos casos los maestros no pueden ser los padres, sino profesores seleccionados por la administración educativa. De no ser así el ministerio no puede convalidar
sus estudios.

López pide a estas familias  que reconsideren su posición porque “ir al colegio ayuda a madurar”. “Crecer con personas de diferentes edades y de diferentes orígenes es educar en convivencia”, según el representante ministerial.

Estos padres, pese a todo, defienden que la preocupación por la socialización de sus hijos es “el gran mito” que les rodea. Según Caballero, muchos creen que en el colegio sus hijos ya han socializado bastante “cuando eso es algo que han hecho media hora durante el recreo”. Además, estos estudiantes dedican la tarde a hacer los deberes.

“Nosotros, en cambio, somos conscientes de que nuestros hijos tienen que relacionarse con otros y les llevamos con sus amigos, van al parque y por las tardes acuden a otras clases”.

Para poder enseñar en casa, los padres se tienen que organizar de tal forma que puedan dedicar más tiempo a sus hijos. Algunos se turnan para trabajar uno por la mañana y otro por la tarde. Otros, en cambio, optan por que trabaje fuera de casa el que más gane. “Todo depende del coche que te quieras comprar, de dónde quieras vivir, porque las familias que hacemos esto no somos grandes potentados”, asegura Azucena Caballero.

A estos padres no les preocupa demasiado su propia formación, consideran más importantes “las ganas” de enseñar y de motivar. Muchas veces aprenden al tiempo con sus hijos. Hay quien, además, les apunta por las tardes a clases de repaso en los temas en los que tiene menos conocimientos y se siente más inseguro, o hace intercambios en casas de otros homeschoolers.

“Hoy en día tenemos Internet, bibliotecas, museos, cursos: lo importante es saber dónde buscar, pero nuestros hijos son casi autodidactas, es increíble lo que pueden llegar a investigar cuando les interesa un tema”, explica la vicepresidenta de ALE.

Cada familia organiza su tiempo como quiere, puede tener un horario fijo o ser más anárquico. Lo que terminan haciendo todos los homeschoolers es convertir cualquier actividad, como cocinar o viajar, en una excusa para aprender, pero con una intensidad menor a la del aula.

Es difícil comparar el nivel educativo de estos niños. Sus padres defienden que “tienen un bagaje cultural muy amplio”, pero muchos se muestran preocupados. Al final, buscan la convalidación de sus conocimientos para poder acceder a otros estudios o para obtener un certificado de educación.

El nivel de los homeschoolers y su capacidad de competir con otros chavales que hayan estudiado en un colegio dependerá de la formación que les haya proporcionado cada padre y del interés que ellos hayan tenido por aprender.

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