Desde esta semana ya es más fácil hacerse la prueba del VIH en Catalunya. Un total de 36 farmacias de la provincia de Barcelona ninguna de ellas en la capital ofrece a los usuarios que lo deseen la posibilidad de hacerse el test del VIH de manera rápida, en tan sólo un cuarto de hora, y con un 99% de fiabilidad. El dispositivo que se emplea es sencillo, similar a los usados en el test del embarazo.

La iniciativa es una prueba piloto, impulsada por el Departament de Salut y el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, cuyo objetivo es que las personas que, sin saberlo, están infectadas, tomen conciencia de ello.

Rafael Guayta, asesor de proyectos científicos del Colegio de Farmacéuticos, explica que el test no es de acceso libre porque 'todos los expertos recomiendan que cuando hay un diagnóstico con carga emocional, se gestione a nivel educativo'. Por este motivo, es el farmacéutico quien hace la prueba y quien acompaña al usuario, tanto si el resultado es negativo como si es positivo.

En el primer caso, el facultativo tiene la obligación, explica la farmacéutica Maria Àngels Pascual, de 'hacer pedagogía'. Es decir, de convencer al usuario de la importancia del sexo seguro y de no compartir jeringuillas para prevenir contagios.

En la situación contraria, cuando el test es reactivo, 'nunca lo llamaremos positivo porque es necesaria la confirmación con un antígeno más científico', matiza Pascual, el farmacéutico proporciona al usuario, en un plazo máximo de 48 horas, una visita al centro hospitalario. La idea es que, ante la mala noticia, la persona afectada no se sienta del todo sola y desesperada, sino que sepa que existen opciones de tratamiento.

La iniciativa durará lo que duren las existencias: 1.500 para las 36 farmacias. Guayta explica que la idea sedujo al Gobierno vasco ya hace algún tiempo. En esta comunidad autónoma varias farmacias ofrecen el mismo servicio. Hasta este momento, las personas que solicitaban una prueba de detección del VIH debían dirigirse a su Centro de Salud, donde el médico de cabecera les facilitaba un volante para un análisis de sangre. Tras la extracción, el paciente debía esperar una semana para conocer el resultado.

El examen tradicional se realiza mediante el test de ELISA, que detecta los anticuerpos producidos por el organismo como respuesta a la infección. Estos anticuerpos pueden tardar entre uno y seis meses en detectarse, el llamado periodo ventana, por lo que habitualmente se realiza una segunda prueba de control en los casos negativos. Los positivos, por su parte, siempre se confirman aplicando otra prueba.