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Castellón resucita la polémica por el bou embolat

El Consell Valencià de Cultura instó a la Generalitat a prohibir estos festejos

SERGI TARÍN

Un calor abrasante sobre la cabeza y los ojos. Es lo que sienten los toros cuando se les incrustan dos bolas de fuego en los cuernos y se les hace correr para divertimento de la población. Es el denominado bou embolat (toro embolado), muy popular en las fiestas de la Comunitat Valenciana, sobre todo en la provincia de Castellón.

Hoy, la portavoz adjunta del PP en el ayuntamiento de Castellón, Marta Gallén, anunció que su grupo presentará un declaración institucional para apoyar esta modalidad de fiestas taurinas populares, al tratarse de 'una seña cultural de la sociedad castellonense'.

Esta iniciativa busca contrarrestar la influencia de un informe que el Consell Valencià de Cultura (CVC) publicó a finales de noviembre y que denuncia el aumento en número y crueldad de actos taurinos en localidades valencianas.

PP: 'Es una seña cultural de la sociedad castellonense' 

El texto insta al Gobierno de Francisco Camps a prohibir el bou embolat porque, tal y como denuncia la Unesco, supone 'un maltrato innecesario de los animales' (mapa antitaurino). También exige que éstos no sean sacrificados en público y que cada festejo cuente con un grupo de voluntarios con presencia de asociaciones proteccionistas que vigile si los toros sufren tormentos.

El informe contó en su día con el desplante del Consell por boca de su titular de Gobernación, Serafín Castellano, quien aseguró que se continuarían 'dando permisos para el bou embolat'.

Castellano presentó este martes la memoria anual de actos taurinos en la calle. En 2009 se celebraron 5.289 festejos (1.428 con bou embolat), un 14% menos que en 2008. El conseller lo achacó 'a la crisis' y aventuró un repunte este año. También explicó que hubo 419 heridos (tres fallecidos), un 38% menos que en el ejercicio anterior.

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