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La Iglesia también ofrece apretarse el cinturón

Los obispos se quejan de la financiación a los sindicatos

JESÚS BASTANTE

Los obispos también parecen estar dispuestos a apretarse el cinturón, pero con muchas condiciones. El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, aseguró: 'Estaríamos dispuestos [a aceptar un recorte en la financiación que el Estado da a la Iglesia] si esto supusiera la salvaguarda de la crisis económica'. El episcopado español respondía así a la petición formulada el lunes por el secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, acerca de la conveniencia de que la Iglesia renunciara a las dotaciones estatales por cuenta del IRPF en solidaridad con los afectados por la crisis.

¿Intención verdadera o mera apariencia? La duda quedó en el aire, pues inmediatamente después de hacer el anuncio, el prelado se apresuró a desconfiar de la efectividad del posible sacrificio para recalcar que esa cantidad 'es una gota en el océano'; asegurar que 'la Iglesia mima con su atención a aquellos a quienes no cuida nadie, haya o no haya crisis'; y concluir que, en realidad, en la actual situación 'no caben recortes' posibles a sus ingresos.

'El dinero que se da a la Iglesia se lo asignan libremente los contribuyentes'

Sobre la cuestión económica también se posicionó el obispo de Guadalajara, José Sánchez, que insistió en que 'si hiciera falta, a causa de la crisis económica', estudiaría una rebaja en los sueldos de los sacerdotes de su diócesis, aunque también precisó que sus ingresos son ya tan bajos, 800 euros de media, 'que habría que comenzar rebajando salarios más elevados'. Sánchez reconoció, no obstante, que deben irse preparando 'para una disminución de las aportaciones' por la crisis.

'El dinero que se da a la Iglesia se lo asignan libremente los contribuyentes [a través de la casilla en su declaración], no como el que se da a los sindicatos, que no nos enteramos, pero se les da', acusó Rodríguez.'La crisis nos afecta y estamos recortando presupuestos', añadió, durante la presentación del Congreso Eucarístico Nacional, que se celebrará en mayo y que contará con la presencia, como legado papal, del cardenal Angelo Sodano, acusado por la propia Curia de aceptar sobornos de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.

Por otro lado, el Papa Benedicto XVI y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunirán en el Vaticano el 10 de junio, confirmó el embajador de España en la Santa Sede, Francisco Vázquez. El encuentro servirá para abordar distintas cuestiones de las relaciones Iglesia-Estado en España, fundamentalmente la futura Ley de Libertad Religiosa.

Aunque la Conferencia Episcopal resta relevancia al encuentro, calificándolo de 'protocolario', lo cierto es que la reunión entre Zapatero y Benedicto XVI servirá para afianzar la 'vía romana' en sus relaciones. El Vaticano y el Ejecutivo español han comprobado cómo la política seguida por el presidente del Episcopado, Antonio Rouco Varela, no posibilita una distensión en las relaciones. De ahí que el Papa y Zapatero hayan confiado al embajador Vázquez y al cardenal Antonio Cañizares la organización de esta visita.

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