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Rajoy fulmina los códigos éticos del PP

El líder conservador paga el precio de sostener a Camps cargando con diez implicados en corrupción en las listas

YOLANDA GONZÁLEZ

El final del programa marco del PP para las elecciones autonómicas, en las páginas 123 y 124, viene encabezado por el término Regeneración. Bajo este título, figuran diez párrafos inspirados en una misma filosofía: la del compromiso de los conservadores 'con la transparencia y la lucha contra la corrupción'. Es el mismo partido que el 22 de mayo ofrecerá en sus papeletas para el País Valencià los nombres de una decena de implicados o imputados en diferentes escándalos, con el caso Gürtel en primera línea.

Para destacados dirigentes del principal partido de la oposición, este doble discurso no pasa inadvertido. Pero destacan que es el 'peaje' que Mariano Rajoy tiene que pagar por haber consentido que Francisco Camps, imputado por cohecho pasivo impropio en el caso de los trajes, repita.

El PP ha presentado manifiestos contra la corrupción que nunca ha cumplido

Desde que estalló el caso Gürtel, el PP ha jugado a dos bandas. Ha intentado aparecer de cara a la opinión pública como la formación que enarbola la limpieza política con un nuevo código ético, Bases para el pacto con la transparencia y contra la corrupción', un apartado de regeneración en su programa marco para el22-M y la firma de un manifiesto en el que todos sus candidatos se comprometen a la rendición de cuentas permanente. No obstante, no ha evitado que todo este despliege de iniciativas quede en papel mojado con gestos como la apuesta, primero, por Camps. El viernes, el círculo acabó de cerrarse sumando tres imputados más y seis implicados en escándalos de corrupción en las listas para Les Corts. Las candidaturas para los ayuntamientos tampoco dan la bienvenida a la regeneración. José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante e imputado en el caso Brugal, es el número dos del PP para el Consistorio alicantino, lo que le garantizará, según su entorno, una nueva etapa al frente de la institución de la que hoy está al frente.

Para justificar gestos de este tipo, el PP esgrime la presunción de inocencia. Y también el 'trato por igual' a sus candidatos. 'Todos somos Camps, y todos nos merecemos lo mismo', ironizaba ayerun diputado.

Justo con la idea de la presunción de inocencia jugó ayer el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en Les Corts, Rafael Blasco, para quien la imputación es 'una garantía procesal para cualquier persona respetuosa con el Estado de derecho'. Por ello, sobre las listas de su formación no tiene ningún tipo de dudas. Dijo que las integran unas personas 'respetables y de una ética absolutamente fuera de cualquier tipo de duda'.

Sin marcha atrás ya en las candidaturas, el verdadero examen del PP está en ver ahora cómo conjuga sus promesas electorales con la alineación de políticos que va a ofrecer a los valencianos en los comicios del próximo mes. Y es que, entre sus promesas está la de reformar 'el Código Penal, ampliando y endureciendo los tipos penales relativos a la corrupción'. O la de implantar auditorías internas en el partido para velar por el cumplimiento del Código de Buenas de Prácticas.

Camps logra blindar a todos sus implicados en escándalos con el aforamiento

Un día después de que el Comité Electoral Nacional diera luz verde a las listas de Valencia, no pocos en el partido buscaban las claves para entender el enésimo triunfo de Camps frente a Rajoy.

Al líder del PP no le hace ninguna gracia que Camps, uno de sus barones territoriales con más peso electoral, siga aferrado al cargo mientras se acerca el día en el que tenga que sentarse en el banquillo de los acusados. Pero sigue a la espera con la confianza puesta en que sea el propio president el que diga adiós cuando sus causas pendientes con la Justicia se le pongan más cuesta arriba. Hace unos meses se llegó a especular con que ambos habían acordado que así sería.

En este contexto, el presidente de la Generalitat Valenciana parece estar preparando el terreno para cuando lleguen peores tiempos. De ahí se entendería, explican en su entorno, que quiera que la gente de su máxima confianza siga ocupando escaño en Les Corts.

El PP de Alicante, 'indignado' por su escasa cuota de poder en las listas

Pero Camps no sólo quiere estar blindado en la Cámara regional rodeándose de fieles que no vayan a darle la espalda. Esto tiene su recompensa. En el Parlamento autonómico van a sentarse, sin contarle a él, nueve dirigentes conservadores con causas pendientes con la Justicia. Ser diputados autonómicos les blinda con el aforamiento. Es decir, que sus causas quedan en manos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Otra forma de quitarse del medio enemigos internos ha sido la de borrar de un plumazo la presencia de zaplanistas en la Cámara regional.

El enfrentamiento entre los partidarios de Camps y el PP de Alicante es ya casi clásico en el partido. Pero todo apunta a que la polémica por las listas va a generar algún disgusto que otro a Rajoy, que sólo ha logrado imponer a Ripoll como número dos por Alicante. Ayer, alcaldes y candidatos del partido en 101 municipios de la provincia cercanos al líder de la Diputación se reunieron en la sede regional para expresar públicamente su 'indignación' al sentir que la lista autonómica de su partido no ha incluido a 'ni uno solo' de los representantes de la dirección provincial.

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