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Mueren 61 inmigrantes en el mar tras pedir ayuda en vano

La OTAN niega haber dejado perecer a los inmigrantes, pero los supervivientes acusan a la organización

D. BASTEIRO / D. DEL PINO

La muerte de 61 inmigrantes, entre los que había varios niños, cerca de las costas de Lampedusa (Italia), en el corazón del Mediterráneo, ha sembrado serias dudas sobre el pretendido carácter humanitario de la misión de la OTAN en Libia.

Una investigación del diario británico The Guardian destapó ayer el caso de una patera con 72 personas a bordo, la mayoría etíopes, que a finales de marzo naufragó al quedarse sin combustible, agua y víveres. Los integrantes de la embarcación, que zarpó de Trípoli el 25 de marzo, pretendían llegar a Lampedusa escapando de la guerra en Libia, pero en lugar de eso navegaron a la deriva durante 16 días en un área en la que la OTAN mantiene la imposición de un embargo marítimo de armas. En cuanto empezaron a tener problemas, los inmigrantes se pusieron en contacto a través de un teléfono satélite con el padre Moses Zerai, presidente de la ONG Habeshia, especializada en ayuda a los refugiados. Zerai llamó a la Guardia Costera italiana, que a su vez alertó a Malta, que niega cualquier implicación. Después, según el rotativo, un helicóptero militar les localizó y les suministró agua y galletas. Esa fue toda la ayuda recibida, a pesar de que los supervivientes aseguran haber sido avistados más tarde por un gran portaaviones, que se limitó a esperar a que las corrientes se llevaran a la embarcación.

Las muertes, por inanición, ocurrieron a finales de marzo cerca de Lampedusa

'Todas las mañanas nos despertábamos y encontrábamos más cuerpos, que dejábamos durante 24 horas antes de tirarlos por la borda', aseguró Abu Kurke, uno de los nueve supervivientes de la patera. 'En los días finales no nos reconocíamos: todo el mundo estaba o rezando o muriendo', añadió. Una corriente los llevó de nuevo hasta una playa libia, cerca de Misurata. Para colmo, tras conocer su existencia, el régimen de Gadafi los detuvo durante varios días.

La OTAN se apresuró ayer a tildar de 'equívoca' esa versión de los hechos. En un comunicado, la Alianza Atlántica aseguró que 'las unidades de la OTAN ni vieron ni oyeron' nada que les hiciera pensar que 'había otras embarcaciones en la zona'. Desde la sede política de la organización, en Bruselas, se desmintió que el portaaviones francés Charles de Gaulle se encontrase en la zona, tal y como asegura el diario basándose en las descripciones de los supervivientes.

'El único portaaviones bajo mandato de la OTAN en esas fechas era el italiano Garibaldi', que estaba 'a más de cien millas náuticas' [unos 185 kilómetros] del lugar donde flotaba la patera. La Armada francesa también negó la presencia en la zona del navío. La Alianza Atlántica recordó además que en esas fechas rescató a más de 500 personas en dos operaciones y aseguró 'ser consciente' de que la legislación internacional obliga también a las embarcaciones militares a prestar auxilio en el mar.

Sin embargo, la veracidad del testimonio del religioso quedó acreditada también por Laura Boldrini, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas de Ayuda al Refugiado (Acnur) en Roma. En una conversación telefónica con Público, Boldrini explicó que 'el padre Moses Zerai es una de las personas más respetadas e importantes para la comunidad somalí y eritrea en Italia. 'Conocíamos la existencia de esta embarcación porque fue él el que nos alertó, como siempre hace cada vez que hay un problema', afirmó.

Por su parte, un portavoz de la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, dijo que el Ejecutivo comunitario está a la espera de las aclaraciones de la OTAN e Italia antes de pronunciarse. Bruselas es crítica con la política europea de acogida de inmigrantes del norte de África, que ha consistido en blindar las fronteras mientras más de 600.000 personas han escapado de Libia hacia Egipto y Túnez. Antes de conocerse el naufragio, Malmström dijo estar 'preocupada' por el deterioro de la situación humanitaria en Libia. 'Las informaciones sobre hombres, mujeres y niños subsaharianos que están siendo obligados a dejar el país por el régimen de Gadafi son particularmente inquietantes', advirtió.

Malmström se refería a la llegada, el domingo, de más de 400 inmigrantes a Lampedusa. Pero el drama humano estalló hace meses.

Una reunión extraordinaria de ministros de Interior discutirá el jueves la estrategia europea, marcada hasta ahora por los lamentos de Italia y Malta, y el bloqueo de fronteras que exige Francia para evitar que entren en su territorio.

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